¿Biden nuevo rey del mundo?
Cualquiera que esperara un cambio de tono en la política exterior debido a la transición de Donald Trump a Joe Biden tiene que estar decepcionado, según un análisis que publica Strategic Culture.
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Emparejan política exterior de Biden con la de Trump
Insultar al líder de Rusia, decirles a los alemanes cómo manejar su economía y rechazar una razonable solicitud de extradición británica de un funcionario estadounidense que atropelló a un joven inglés son cosas de un día para la Casa Blanca, que parece no darse cuenta del daño que se está haciendo a los amplios intereses del país, sostiene el analista Philip Giraldi en su artículo Estados Unidos contra el mundo: Todo el mundo es un enemigo.
Ciertamente, hay una serie de razones por las que Washington ahora sólo es visto favorablemente por los israelíes, pero las políticas exteriores y económicas totalmente insensibles tienen que estar justo en la parte superior de cómo el mundo ve a Estados Unidos, señala la fuente.
En lugar de ajustarse a cómo se espera que se comporten otras naciones, la Casa Blanca elevó el excepcionalismo y el sinsentido de líder del mundo libre a un dogma en el que se cree autorizado a comportarse sin restricciones en defensa de lo que dice ser sus intereses.
Como todos los países actúan en apoyo de sus intereses, eso sería al menos comprensible, pero lo extraño es que los diversos grupos que componen el gobierno de Estados Unidos ni siquiera tienen una visión clara de lo que es y no es bueno para el país y el pueblo estadounidense en su conjunto, valora Giraldi.
El hecho de que el presidente Joe Biden haya calificado recientemente al presidente ruso Vladimir Putin de "asesino", junto con la amenaza de hacer que Rusia "pague un precio" por su supuesta intromisión en las elecciones estadounidenses, es un ejemplo perfecto de la extralimitación imperial de los payasos que actualmente merodean por los pasillos del poder en Washington, puntualizó.
La amenaza, indicó, no muy velada, se derivó de una evaluación de los servicios de inteligencia que afirmaba que Rusia había favorecido la candidatura de Donald Trump y había estado haciendo circular desinformación para perjudicar a Biden y a su familia.
Agrega Giraldi que otras historias recientes indican que Washington ni siquiera sabe ser amable con sus amigos y que la Casa Blanca apenas controla lo que ocurre en su propia puerta.
Hay un gran debate sobre el gasoducto Nord Stream 2, que está previsto que conecte el gas ruso con los clientes alemanes. Sería un buen negocio para Rusia y también para Alemania, ya que el gas es más barato que otros suministros disponibles.
Sin embargo, asegura Giraldi, la Administración Trump anunció que se opondría al proyecto por motivos de seguridad y la semana pasada el secretario de Estado, Tony Blinken, declaró que era un mal negocio porque "este gasoducto es un proyecto geopolítico ruso que pretende dividir a Europa y debilitar la seguridad energética europea."
Precisó el analista que es probable que Nord Stream 2 se complete por buenas razones económicas. Washington se pondrá furioso, en parte porque quiere vender el gas estadounidense más caro a los alemanes. Biden está, por lo que vale, continuando y redoblando la política de Trump hacia el proyecto, subrayó.
Refiere el analista que otra historia que aparece en los medios de comunicación británicos se refiere a la falta de voluntad de Washington para hacer frente a un incidente de conducción en agosto de 2019 que mató a un adolescente inglés.
La conductora del coche que atropelló al motorista Harry Dunn era Anne Sacoolas, ciudadana estadounidense, cuyo marido trabajaba en un puesto no especificado de inteligencia en la RAF Croughton, una base aérea en el centro de Inglaterra.
La historia ha dado un giro interesante porque se ha sugerido, aunque no se ha confirmado, que Anne era una oficial de inteligencia como su marido Jonathan, lo que puede haber sido el motivo para sacarla de Inglaterra en primer lugar.
Así que el ritmo continúa. Cualquiera que esperara un cambio de tono en la política exterior debido a la transición de Trump a Biden tiene que estar decepcionado, concluye Giraldi.