"Israel" debe demostrar que tiene libertad para defenderse
Ganar la guerra actual contra Hamas no consiste únicamente en negar la capacidad del ejército del movimiento palestino de apuntar a "Israel" con miles de misiles a voluntad cada cierto tiempo.
La exigencia de "proporcionalidad" en los conflictos militares parece una absurda ley especial aplicada cínicamente solo a "Israel", como si éste estuviera en una justa deportiva con Hamas, comenta un artículo del diario Jerusalem Post.
Ganar la guerra actual contra Hamas no consiste únicamente en negar la capacidad del ejército del movimiento palestino de apuntar a "Israel" con miles de misiles a voluntad cada cierto tiempo.
Una parte fundamental del propósito de "Israel" en este conflicto es demostrar que el Estado judío conserva la libertad de acción militar contra sus enemigos.
"Israel" debe demostrar que, a pesar del cambio en el entorno internacional (con la administración Biden cortejando a Irán, y proporcionando a Israel solo un apoyo tenue), "Israel" no está indefenso.
Este conflicto tiene como telón de fondo la percepción de la debilidad israelí: debilidad diplomática y militar por el cambio de administraciones estadounidenses, y debilidad política por el bloqueo electoral interno de "Israel".
Los nuevos socios de paz de los Acuerdos de Abraham también observan de cerca el conflicto actual, juzgando a "Israel".
Un "Israel" débil es mucho menos atractivo como amigo para los gobiernos de Abu Dhabi, Manama y Riyadh.
El problema es que, a falta de una campaña terrestre a gran escala para reconquistar la Franja de Gaza -algo que conllevaría enormes bajas en ambos bandos y, por tanto, es poco probable-, no hay una solución sencilla para la catástrofe que supone Hamas.
"Israel" se ha visto forzado a cuatro rondas de guerra desde que Hamas derrocó a la Autoridad Palestina y conquistó la Franja de Gaza en 2007.
Los estrategas militares sostienen que en una situación de conflicto prolongado contra un enemigo implacable, bien atrincherado y no estatal como Hamas, el uso de la fuerza no puede alcanzar objetivos políticos imposibles.
Se trata más bien de una estrategia de desgaste diseñada para disuadir temporalmente al enemigo y propiciar períodos de calma a lo largo de las fronteras de "Israel".
Al igual que cortar el césped delantero, se trata de un trabajo constante y duro. Si no lo haces, las malas hierbas crecen salvajes y las serpientes comienzan a deslizarse por la maleza.
Del mismo modo, para reducir las capacidades y ambiciones del enemigo en Gaza es necesario que el ejército israelí esté preparado y que el gobierno esté dispuesto a utilizar la fuerza de forma intermitente, manteniendo al mismo tiempo un frente interno israelí sano y resistente a pesar de las repetidas ofensivas militares.
La cuestión es si "Israel" utilizó suficiente fuerza en la Operación Borde Protector en 2014 e infligió suficiente dolor al enemigo para comprar un trozo de tiempo suficientemente considerable como respiro antes de la siguiente ronda de "corte de hierba", que es hoy.
La cuestión es si esta vez el gabinete autorizará la fuerza suficiente para golpear y disuadir a Hamás durante un periodo aún más largo en el futuro. Un empate con Hamás es estratégicamente insatisfactorio.
En el proceso, Hamás demostró que puede obligar a nueve millones de israelíes a refugiarse y apuntar a casi cada centímetro cuadrado de este país. Solo el ingenio tecnológico israelí (Cúpula de Hierro) y un frente interno israelí bien disciplinado y verdaderamente resistente evitaron graves pérdidas de vidas en "Israel". De nuevo, lo mismo se aplica en 2021.
Desde entonces, las defensas de "Israel" contra los túneles de ataque de los combatientes de Hamas y los ataques con misiles han mejorado mucho, al igual que la preparación de las fuerzas terrestres de las FDI.