Repercusiones internacionales del último conflicto en Palestina
Una vez más, Israel no consigue silenciar los cohetes y asesinar a los dirigentes palestinos. Una vez más, se demuestra que la superioridad militar no se traduce en éxito sobre el terreno. Una vez más, el alto el fuego es sólo una tregua, porque no se está abordando ningún problema de fondo.
De acuerdo con Amir Saul, profesor de Historia en la Univesidad de Montreal, en un artículo difuniddo en la edición digital Le Press, a primera vista, el enfrentamiento de 2021 se parece a los de 2008-2009, 2012, 2014 y 2019. Las características son las mismas: una chispa que enciende una situación inflamable desde hace tiempo, una asimetría flagrante entre las partes, el uso descarado de la guerra moderna en una zona poblada, una desproporción asombrosa en cuanto a destrucción y pérdida de vidas, todo ello evocador de las expediciones coloniales de antaño contra los nativos que había que someter.
Una vez más, subraya Saul, "Israel" no consigue silenciar los cohetes y asesinar a los dirigentes palestinos. Una vez más, se demuestra que la superioridad militar no se traduce en éxito sobre el terreno. Una vez más, el alto el fuego es sólo una tregua, porque no se está abordando ningún problema de fondo. Por último, los palestinos están demostrando su resistencia al no inmutarse ante los golpes que reciben. Ni siquiera el asco que se siente al ver los cadáveres y la desolación que no es un punto común.
Sin embargo, destaca el episodio 2021. En primer lugar, se puso de manifiesto la extrema desigualdad entre ambas partes, llamando la atención sobre el estatus de los palestinos, la ocupación, la colonización y el régimen de apartheid.
En segundo lugar, los palestinos confirman que siguen siendo los agentes de su destino, ellos que fueron puestos bajo un celemín y dados por muertos como pueblo. Trump y Netanyahu se desvivieron por enterrarlos con su "Acuerdo del siglo" y cuatro estados árabes habían "normalizado" sus relaciones con "Israel", como si el expediente palestino estuviera cerrado.
Los palestinos no sólo levantan la cabeza, sino que están más unidos. Por primera vez, los palestinos de Jerusalén Este, Cisjordania, Gaza, la diáspora y, sin precedentes, "Israel", están luchando al mismo tiempo.
El conflicto está reconstituyendo la entidad nacional palestina tras años de fragmentación. La cuestión palestina recuerda su centralidad y es recordada por todos como la matriz de las desgracias de la región y un tema que no puede ser ignorado.
La dimensión internacional
A juicio del profesor universitario, este "retorno" de Palestina se inscribe en una situación internacional original que está experimentando grandes cambios.
Hemos observado, subraya Saul, la actitud anormalmente reservada de los Estados Unidos. Se retoman los elementos del discurso israelí, se pone sobre la mesa la antítesis "Israel tiene derecho a defenderse", se anuncia un contrato de venta de armas por valor de 735 millones, mientras los F-16 de fabricación estadounidense hacen llover bombas sobre Gaza (el contribuyente estadounidense ya financia anualmente el 20 por ciento del presupuesto militar israelí), se promete ayuda estadounidense para tapar las lagunas del sistema antiaéreo israelí (también financiado por Estados Unidos) y se bloquea el alto el fuego durante el mayor tiempo posible. El hecho es que es necesario. ¿Por qué? Además de las protestas que provoca, la carnicería en Gaza dificulta la política de Estados Unidos en Medio Oriente, que se encuentra en una encrucijada, en el umbral de una posible reorientación.
Hoy en día, el eje de la política estadounidense es la oposición a China; todo está subordinado a ella. Las conversaciones con Irán consagran el fracaso de la campaña de Trump. No es ninguna novedad que Teherán firmó el 27 de marzo un acuerdo de asociación estratégica de 25 años con Pekín. A falta de doblegar a Irán, reconstruir los puentes con él para bloquear el camino de China es una prioridad para Estados Unidos, hasta el punto de que "Israel" ya ni siquiera intenta desbaratar el proceso. Esta preeminencia de Asia en las miras de Estados Unidos requiere un mínimo de calma en Medio Oriente. Los sauditas
y los goliardos lo entienden tan bien que están hablando con Teherán... contra quien se alinean con su socio israelí.
Punto de inflexión en Medio Oriente
Para Amir Saul, esto significa que las cartas en Medio Oriente podrían estar a punto de ser barajadas de nuevo. Un apaciguamiento constituiría un giro de 180 grados en la política estadounidense. Desde 2001, ha consistido en desestabilizar a cada paso mediante la invasión-ocupación (Iraq), la "revolución verde" (Irán), los derrocamientos de regímenes (Libia, Siria), la invasión por delegación (Yemen), el golpe de Estado (Turquía), la presión (El Líbano) y el asesinato de Suleimani. Esta es la agenda neoconservadora que reclama "Israel" y con la que colabora activamente. Su política de despojo de los palestinos y de colonización de sus tierras es una receta para la inestabilidad, que inevitablemente produce erupciones explosivas y repetidas escaladas de alto nivel.
El "retorno" de Palestina en 2021 es un recordatorio de que no habrá estabilización en Medio Oriente que no sea también valiosa para Palestina, es decir, el fin de las prácticas israelíes. Si Estados Unidos pensaba que se estaba reorientando, mientras daba vía libre a "Israel", el conflicto de mayo de 2021 le ha desengañado de esa idea. De ahí la falta de celo para hacer sonar las tradicionales trompetas de apoyo incondicional a todo lo que hace "Israel". Lo que queda es lo esencial: el respeto del derecho internacional y la aplicación de las resoluciones de la ONU, que se incumplen constantemente.