Netanyahu no entrega la residencia del primer ministro
Los medios de comunicación israelíes informaron que no sólo no había cedido las instalaciones al actual primer ministro, Naftali Bennett, sino que las estaba utilizando para reunirse con funcionarios israelíes y extranjeros actuales y anteriores.
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Benjamín Netanyahu, ex primer ministro israelí.
El ex primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, a quien recientemente una coalición opositora rompió su aparentemente sólida permanencia en el cargo, se habría negado hasta ahora a abandonar la residencia del premier en la ciudad ocupada de Al Quds.
Los medios de comunicación israelíes informaron que no sólo no había cedido las instalaciones al actual primer ministro, Naftali Bennett, sino que las estaba utilizando para reunirse con funcionarios israelíes y extranjeros actuales y anteriores.
Ayer mismo se reunió en el lugar con la exembajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley.
Las leyes del régimen israelí no obligan al primer ministro a ceder el local a su sucesor en caso de dejar el cargo, pero los antiguos primeros ministros suelen ceder el lugar en cuanto terminan sus mandatos.
Los locales solían ser el centro de las protestas de miles de israelíes, que acudían a sus alrededores todas las semanas e incluso intentaban entrar por la fuerza, en ocasiones para obligar a Netanyahu a dejar el cargo. Los manifestantes estaban hartos de los sucesivos antecedentes negativos que arrojaría su carrera, como su imputación en numerosos casos de corrupción, su política económica y su mala gestión de la crisis de la COVID-19.
El mismo sentimiento de indignación bullía desde hacía tiempo en la Knesset (Parlamento israelí), donde la impopularidad hizo que su partido, el Likud, no lograra formar una coalición de gobierno en las sucesivas elecciones generales.
Finalmente, los contrarios a Netanyahu, entre ellos el partido Yamina de Bennett y el partido Yesh Atid del opositor Yair Lapid, se aliaron en una coalición con otros para poder desbancar al asediado primer ministro.
La negativa de Netanyahu a abandonar la residencia ha provocado que varios miembros de la Knesset le pidan que se marche rápidamente. Un grupo de la oposición también ha pedido al tribunal supremo del régimen que le obligue a entregar las instalaciones.