La prisión de Guantánamo y la ocupación ilegal de EE.UU. en Cuba
Estados Unidos cuenta hoy con más de 800 bases navales en el mundo y, hasta el restablecimiento de las relaciones con Cuba, la de Guantánamo era la única en un país con el cual no tenían vínculos diplomáticos.
Autoridades, exmilitares de alto rango y académicos estadounidenses refieren el carácter inoperante de esa instalación con un área de 117,6 kilómetros cuadrados porque la isla no supone un peligro para su seguridad nacional y jamás el país caribeño orquestó un plan contra el territorio norteamericano.
"Por el contrario, el gobierno cubano en todos los años de revolución ha dado muestras, en innumerables ocasiones, de la voluntad de cooperar en distintos temas, de ahí la existencia de 23 acuerdos", explicó a Prensa Latina el historiador, investigador y profesor Hassan Pérez Casabona.
Los convenios bilaterales persisten, aseveró, pese a aberraciones del expresidente Donald Trump como las 243 medidas aplicadas contra Cuba, 55 de esas disposiciones en la etapa de pandemia, y vigentes aún en la administración de Joe Biden.
El también doctor en Ciencias Históricas por la Universidad de la Habana recordó que el país califica de inadmisible la presencia de la base, si bien no esgrime ese tema como un obstáculo para el avance en las conversaciones con Estados Unidos.
El proceso de restitución de las relaciones iniciado el 17 de diciembre de 2014 generó ciertas expectativas, pero incluso en ese escenario, quedó claro que no estaba en discusión el tema de la base naval.
"Esa prisión militar forma parte de los episodios más oscuros de la historia de Estados Unidos cuando el entonces mandatario George W. Bush dijo: no problems, para definir el limbo jurídico y las torturas aplicadas a los prisioneros llevados a ese lugar arbitrariamente", enfatizó el académico.
Estados Unidos violó los instrumentos internacionales de lucha contra esos castigos físicos y psíquicos y las vejaciones cometidas allí son comparables a las peores versiones de los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), acentuó Pérez Casabona.
La administración de George Bush consideró que, como los detenidos no estaban en su espacio geográfico, carecían del amparo otorgado por mecanismos, entre ellos, la constitución estadounidense y, por tanto, ese estatus de "combatiente enemigo" los privaba de protecciones legales.
¿Es posible quitar la base naval?
En teoría sí, pero, ¿existe la voluntad política del gobierno de Estados Unidos? Pérez Casabona recordó que desde 1903, fecha de establecimiento de la base, ninguno de los 24 presidentes que pasaron por la Casa Blanca incluyó dentro de su política devolver incondicionalmente ese territorio a Cuba.
Además, existe desde hace muchos años lo que él denomina como el negocio de la contrarrevolución: "sectores, sobre todo en el sur de la Florida, con determinados poderes y representación en el Congreso, serviles a la verdadera clase política y opuestos al acercamiento entre ambas naciones".
El restablecimiento de las relaciones tuvo, como condicionantes, la salida de la isla de la lista de países patrocinadores del terrorismo, decisión impuesta por el expresidente Ronald Reagan en 1982, y el avance en los acuerdos para el cese del bloqueo económico, comercial y financiero.
"Trump nos colocó nuevamente en esa lista unilateral y las últimas declaraciones de Biden, después de los actos de desestabilización social del 11 y 12 de julio, denotan falta de voluntad en el cumplimiento de sus promesas al electorado respecto a una posible proximidad con La Habana", puntualizó.
Las aventuras de Estados Unidos en naciones del Caribe y de América Latina, contaron con la complicidad de las tropas enclavadas en Guantánamo, ejemplo, la invasión a Nicaragua en 1912; a República Dominicana en varios momentos, la primera en 1916; a Panamá, en 1989, y a Haití en 1994.
Para el historiador y académico Elier Ramírez la base siempre fue un foco de tensión y, por ejemplo, en el mandato de Lyndon B. Johnson (1963-1969), constituyó un punto crítico con el asesinato de soldados cubanos y la confiscación de los fondos acumulados del retiro de centenares de obreros.
Desde 1959, Cuba denuncia los disparos contra integrantes de la Brigada de la Frontera, creada en 1961 - hasta 1989 se contabilizan 780 tiros de fusil provenientes de la base-, provocaciones, ofensas verbales y la conformación de escenarios para evidenciar una posible intervención.