Papa Francisco: La lucha contra el hambre exige superar la fría lógica del mercado (+ Video)
Delegados de América, Europa, África, Asia y Oceanía comparten con el Pontífice los desafíos que atravesaron durante los momentos más duros de la pandemia del COVID-19
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Papa Francisco participó del IV Encuentro Mundial de Movimientos Populares.
"Para luchar contra el hambre en el mundo es necesario superar lógica de mercado, centrada ávidamente en el mero beneficio económico y en la reducción de los alimentos a una mercancía más”, expresó el Papa Francisco al participar en el IV Encuentro Mundial de Movimientos Populares, en el que delegados de todo el mundo compartieron con el sumo pontíifice el trabajo y las luchas realizadas durante los momentos más duros de la pandemia de la COVID-19.
Durante el evento, se proyectó el video ‘La fuerza del nosotros’ y se presentó el documento ‘¡Salvemos a la humanidad y al planeta!’, síntesis de sus diálogos sobre los dilemas de la humanidad. Por su parte, Francisco trasladará un mensaje a todos los delegados y delegadas participantes, según informan los organizadores.
En la cita participaron delegados y delegadas de América (norte, centro y sur), Europa, África, Asia y Oceanía. Son cartoneros, recicladores, vendedores ambulantes, costureros, artesanos, pescadores, campesinos, constructores, mineros, obreros de empresas recuperadas, todo tipo de cooperativistas, trabajadores de oficios populares, trabajadores cristianos de diversos oficios y profesiones, trabajadores de barrios y villas que practican la cultura del encuentro y caminan juntos.
“Los Movimientos Populares están haciendo historia, fomentando un cambio, y el desafío que se presenta para superar los motivos estructurales de la pobreza y la injusticia”, aseguró el Cardenal Peter K.A. Turkson, Prefecto para el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral de la Santa Sede, quien además agregó: “Debemos unirnos para promover la agenda común de los Movimientos Populares para revitalizar los sistemas de modo que permitan lograr un mundo de justicia e igualdad”.
El Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC) participa en los encuentros desde su primera edición (2014), estando además en el comité organizador; y ha estado representado con una delegación de militantes de diferentes movimientos de todo el mundo. Para este cuarto encuentro, la delegación está integrada por Charo Castelló y Abraham Canales, militantes de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) y miembros del comité organizador y del equipo de comunicación del Encuentro Mundial, respectivamente, junto con trabajadores cristianos de otros países del mundo.
“La lucha contra el hambre exige superar la fría lógica del mercado”
Más temprano, el Papa participó de la ceremonia por el Día Mundial de la Alimentación que se celebró este sábado en Roma de manera virtual. Además, del papa, intervino el secretario general de la ONU, António Guterres, del presidente de la República italiana, Sergio Mattarella.
En su dicurso, Francisco dijo que para luchar contra el hambre en el mundo es necesario “superar lógica de mercado, centrada ávidamente en el mero beneficio económico y en la reducción de los alimentos a una mercancía más”. "Actualmente asistimos a una auténtica paradoja en cuanto al acceso a los alimentos: por un lado, más de 3 mil millones de personas no tienen acceso a una dieta nutritiva mientras que, por otro lado, casi 2 mil millones padecen sobrepeso u obesidad”, indicó.
Francisco destacó además que, en la lucha contra la hambruna y el desperdicio de alimentos, es necesario cambiar “nuestros estilos de vida y prácticas de consumo cotidianas” e “instar a productores y consumidores a tomar decisiones éticas y sostenibles, y concienciar a las generaciones más jóvenes del importante papel que desempeñan para hacer realidad un mundo sin hambre”.
”Cada uno de nosotros puede brindar su aportación a esta noble causa, empezando por nuestra vida cotidiana y los gestos más sencillos”, señaló. En este sentido, aseguró que “la contribución de los pequeños productores es crucial” y que “facilitando su acceso a la innovación, que, aplicada al sector agroalimentario, puede reforzar la resistencia al cambio climático, aumentar la producción de alimentos y apoyar a quienes trabajan en la cadena de valor alimentaria”.
Pero sobre todo, destacó, “la lucha contra el hambre exige superar la fría lógica del mercado, centrada ávidamente en el mero beneficio económico y en la reducción de los alimentos a una mercancía más, y afianzar la lógica de la solidaridad”. Y agregó que la pandemia puede dar “la oportunidad de cambiar el rumbo e invertir en un sistema alimentario mundial que pueda hacer frente con sensatez y responsabilidad a futuras crisis”.
Papa Francisco aboga por un salario universal y la reducción de la jornada laboral
En su mensaje con motivo del IV Encuentro Mundial de Movimientos Populares, el papa Francisco abogó por "un salario universal, para que cada persona en este mundo pueda acceder a los más elementales bienes de la vida" y por "la reducción de la jornada laboral", como medida para un mayor acceso de todos al trabajo.
"Este sistema, con su lógica implacable de la ganancia, está escapando a todo dominio humano. Es hora de frenar la locomotora, una locomotora descontrolada que nos está llevando al abismo. Todavía estamos a tiempo", aseguró el pontífice.
Francisco subrayó la necesidad de cambiar el actual sistema socioeconómico y pidió a gobiernos, políticos, empresas y líderes religiosos que ayuden en este objetivo, al tiempo que exigió "la liberación de las patentes" de las vacunas, la condonación de la deuda de los países pobres y el cese de la destrucción de "bosques, humedales y montañas", por parte de las grandes corporaciones extractivas; de la contaminación de ríos y mares, y de la intoxicación "de pueblos y alimentos".
Solicitó asimismo que a los países poderosos que cesen las agresiones: "No al neocolonialismo", dijo, y añadió que debe ser la ONU la instancia para resolver los conflictos porque "ya hemos visto cómo terminan las intervenciones, invasiones y ocupaciones unilaterales, aunque se hagan bajo los más nobles motivos o ropajes".
Pidió a los gobiernos y políticos que "trabajen por el bien común", se cuiden de "escuchar solo a las élites económicas" y "sean servidores de los pueblos que claman por tierra, techo, trabajo y una vida buena" y a los líderes religiosos que "nunca usemos el nombre de Dios para fomentar guerras ni golpes de Estado".
También se refirió a "las protestas por la muerte de George Floyd". "Está claro que este tipo de reacciones contra la injusticia social, racial o machista pueden ser manipuladas o instrumentadas" pero "ese movimiento no pasó de largo cuando vio la herida de la dignidad humana golpeada por semejante abuso de poder".
Mencionó "medidas concretas que tal vez permitan algunos cambios significativos", como "la integración urbana, la agricultura familiar, la economía popular. A estas, que todavía exigen seguir trabajando juntos para concretarlas, me gustaría sumarle dos más: el salario universal y la reducción de la jornada de trabajo".
Reivindicó asimismo "un ingreso básico (el IBU) o salario universal, para que cada persona en este mundo pueda acceder a los más elementales bienes de la vida", así como un análisis serio de la reducción de la jornada laboral como elemento redistributivo de la carga de trabajo entre la población.
A todos los líderes religiosos, el sumo pontífice dijo: "Nunca usemos el nombre de Dios para fomentar guerras. Estemos junto a los pueblos, a los trabajadores, a los humildes y luchemos junto a ellos para que el desarrollo humano integral sea una realidad. Tendamos puentes de amor".