Occidente pulsa las tensiones con Rusia en Europa
El analista M. K. Bhadrakumar aborda la crisis en la región donde naciones como el Reino Unido exacerban las tensiones con Rusia por su propia agenda.
Países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) pulsan las tensiones con Rusia alrededor de Ucrania y Bielorrusia, según un análisis que publica el sitio web https://www.indianpunchline.com al puntualizar que ambas naciones están en el ojo del huracán.
El analista M. K. Bhadrakumar aborda la crisis en la región donde naciones como el Reino Unido exacerban las tensiones con Rusia por su propia agenda.
Luego de una visita a Polonia del Secretario de Defensa británico, Ben Wallace, ese país enviará 150 ingenieros reales del ejército británico para ayudar a reforzar la frontera de Polonia con Bielorrusia. Wallace especuló que las tropas británicas también podrían ayudar “potencialmente a otros estados bálticos a asegurar su frontera”. Los medios de comunicación británicos informaron que cientos de tropas de las fuerzas especiales y paracaidistas británicos también están listos para desplegarse en Ucrania en medio de las crecientes tensiones en esa región.
El martes, apuntó Indianpunchline, Wallace visitó Kiev en lo que se anunció como una muestra de apoyo en un momento en que Ucrania y los países de la OTAN manifiestan su preocupación por los movimientos de tropas rusas cerca de las fronteras de Ucrania.
Los británicos, que siempre actuaron de conjunto con Washington, se aprestan ahora a emprender proyectos con Ucrania para desarrollar las capacidades de las fuerzas navales de Kiev en el Mar Negro y aumentar la interoperabilidad.
Precisó la publicación que británicos y ucranianos también finalizaron recientemente un tratado que permitirá a Kiev solicitar préstamos a Londres para comprar buques de guerra y misiles. Sky News informó de que “en la lista de compras de Ucrania, de 1700 millones de libras esterlinas, figuran dos cazaminas, la producción conjunta de ocho buques de misiles y una fragata, así como la compra de armas para los buques existentes”.
Además, agregó, que Gran Bretaña construirá dos bases navales para Ucrania en el Mar Negro. Sin duda, la Gran Bretaña global ha aprovechado la cuestión de los migrantes y la histeria bélica por la acumulación de tropas por parte de Rusia en las fronteras de Ucrania para reforzar su posicionamiento estratégico en Europa Central y el Mar Negro, subrayó Indianpunchline.
Otro elemento es este escenario que amenaza con ir mayores es la reciente firma de un acuerdo el 10 de noviembre entre el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken y el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano Dmytro Kuleba.
En el pacto titulado Carta de Asociación Estratégica entre Estados Unidos y Ucrania, Washington se compromete a “reforzar la capacidad de Ucrania para defenderse de las amenazas a su integridad territorial y profundizar en la integración de Ucrania en las instituciones euroatlánticas (léase OTAN) son prioridades concurrentes”.
Esta situación preocupa a Moscú y el pasado sábado, el Ministerio de Defensa ruso había alegado “actividad militar de carácter agresivo en la región del Mar Negro” por parte de los buques de guerra estadounidenses, los aviones de reconocimiento estratégico U-2S que realizan misiones de vigilancia a lo largo de la frontera rusa, un bombardero estratégico B-51 que vuela cerca de la frontera rusa en el Mar Negro, entre otras acciones provocativas.
Para Occidente sus crecientes tensiones con Rusia se han convertido en una coartada conveniente para implicar directamente a la OTAN en la seguridad de Ucrania y convertirla en un modelo de la estrategia de contención contra Rusia.
En este escenario, plantea Indianpunchline, también desempeña un papel Turquía, que pese a desencuentros anteriores con Washington, es un importante miembro de la OTAN. Ankara mantiene estrechos lazos militares con Ucrania, es una de las principales potencias del Mar Negro y, sobre todo, tiene un historial de enfrentarse a Moscú en caso de necesidad.
El acercamiento entre Estados Unidos y Turquía puede suponer un cambio de juego para la presencia de la OTAN en el Mar Negro, ya que en virtud de la Convención de Montreux (1936), los turcos ejercen el control sobre los estrechos del Bósforo y de los Dardanelos y regulan el tránsito de buques de guerra entre el Mediterráneo oriental y el Mar Negro. Basta decir que las operaciones de la Flota del Mar Negro y las capacidades de los buques de guerra rusos en el Mediterráneo dependerían de la cooperación de Turquía, puntualizó Indianpunchline.
Aunque algunos analistas estiman que la convulsa situación en Ucrania pudiera ser, incluso, detonante de una guerra mundial, otros estiman que de cara al futuro, parece improbable que se produzca un conflicto. La crisis de los inmigrantes ya se está suavizando, y Alemania se ha ofrecido a aceptar a algunos cientos de refugiados iraquíes. Y lo que es más importante, es posible que se celebre una cumbre entre Rusia y EE.UU. en línea antes de finales de año y que se produzca una reunión en persona entre el presidente Biden y Putin el año que viene.
Al parecer, tanto Washington como Moscú buscan bajar las tensiones pese a las diferencias que calientan Europa y es posible que sus presidentes avancen para lograr la estabilidad estratégica, tanto los armamentos tradicionales como las nuevas tecnologías”.
De hecho, acentúa el análisis de Indianpunchline, el resquicio de esperanza en los oscuros nubarrones del Mar Negro es que la comunicación estratégica entre Moscú y Washington se ha reactivado y se producen intercambios a diversos niveles de trabajo.