Papa defiende derechos de los refugiados
El sumo pontífice puso fin a su viaje por el Mediterráneo condenando a quienes explotan la difícil situación de los migrantes para obtener beneficios políticos.
El Papa Francisco concluyó su vieje al Mediterráneo haciendo una defensa a los derechos de los refugiados y condenó a quienes explotan su difícil situación para obtener beneficios políticos.
El lunes escuchó a jóvenes, incluidos hijos de migrantes que han huido de la guerra o la pobreza, en una escuela dirigida por católicos donde escuchó los relatos de varios estudiantes, incluido Aboud Gabro, de 12 años, cuya familia abandonó Siria después de que su casa en Alepo recibió un impacto directo de una bomba en 2014.
También instó a los niños a volverse sociales ellos mismos en lugar de esclavos de las redes sociales y "prisioneros de los teléfonos celulares en sus manos".
Durante una visita de cinco días a Chipre y Grecia, Francisco regresó a Lesbos, la isla griega a la vanguardia de la crisis migratoria europea cuando comenzó en 2015, lamentando que "poco ha cambiado" desde su anterior visita allí.
Hablando desde el campamento de migrantes de la isla, Francisco llamó al Mediterráneo, donde miles de personas se han ahogado tratando de cruzar a Europa, "un cementerio lúgubre sin lápidas".
Grecia, y más recientemente Chipre, son las principales puertas de entrada a la Unión Europea para las personas que intentan huir de la guerra y la pobreza en Oriente Medio y más allá.
Casi un millón de personas, en su mayoría sirios, cruzaron a Grecia desde Turquía en 2015, antes de viajar a países más ricos del norte de Europa, donde su llegada ha alimentado el apoyo a los populistas y grupos de extrema derecha.
El pontífice dispuso que 50 inmigrantes que vivían en Chipre se trasladaran a Roma.