Hizbullah iraquí reafirma que no participará en ningún gobierno futuro
Un comunicado de las Brigadas de Hizbullah iraquí señaló que quien confisca los derechos de los iraquíes es apoyado por la coalición saudita-estadounidense-sionista. "La alianza del mal quería aprobar su agenda sometiendo a los iraquíes a voluntades maliciosas", dijo.
"Nuestra posición firme es que no hemos participado ni participaremos en ningún gobierno futuro", declaró Hizbullah iraquí por medio de un comunicado.
De acuerdo con la nota emitida, la Resitencia iraquí consideró que lo ocurrido en las elecciones legislativas es "el mayor fraude en la historia del pueblo iraquí".
Las Brigadas señalaaron que quien confiscó los derechos de los iraquíes fue apoyado por la coalición del mal saudita-estadounidense-sionista. Señaló que la alianza quería aprobar su agenda sometiendo a los iraquíes a voluntades maliciosas".
El declaración agregó que la Alta Comisión fue sometida a las más atroces formas de explotación antes, durante y después de las elecciones.
También consideró que el poder judicial iraquí fue objeto de chantajes, amenazas y presiones, especialmente por parte del embajador de Estados Unidos y el representante del secretario general de las Naciones Unidas en Iraq, Jenin Plasshart".
Por su parte, el titular de la alianza iraquí de Al-Fatah, Hadi Al-Amiri, confirmó el lunes el compromiso de su partido con la decisión del Tribunal Federal, y dijo: "Nuestra reciente posición se produce a pesar de nuestra profunda creencia y nuestra firme convicción de que el proceso electoral se vio empañado por muchos fraudes y manipulación".
En cuanto al líder del movimiento sadrista en Iraq, Muqtada al-Sadr, agradeció a "todos los que contribuyeron al proceso democrático nacional" y pidió "acelerar la formación de un gobierno de mayoría nacional, ni oriental ni occidental".
Mientras que el movimiento Asa'ib Ahl al-Haq "expresó su pesar por la decisión de rechazar la demanda para cancelar los resultados electorales a pesar de la evidencia".
Destacó que el el Tribunal Federal iraquí fue sometido a presiones internas y externas.