El misterio del maqam de Iraq
Maqam es cultura, es gastronomía, es espiritualidad. Es una forma de vida.
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El misterio del maqam de Iraq
Son composiciones envueltas en leyendas. Su melodía entra por la piel y penetra en la garganta, ilusiona y confunde. ¿Será que realmente sus orígenes se remontan a la era abasí o al período otomano? Definirlo, incluso hoy, sigue siendo un desafío.
Hasta el siglo XX, la música del maqam iraquí era omnipresente en los centros urbanos; sus melodías se escuchaban en múltiples espacios: desde contextos religiosos y clubes deportivos que buscaban animar a los atletas, hasta las calles, entre los pregones de los vendedores ambulantes.
Esta práctica no solo responde al dominio de melodías o escalas complejas; también exige comprender la escritura, la historia y la filosofía que la sustentan.
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Cada maqam trasciende los predios de lo meramente artístico: es gastronomía, es espiritualidad. Es una forma de vida.
Ya no con el mismo afán antaño, pero todavía hay entusiastas que se reúnen a filosofar sobre sus melodías, a discutir quién es el cantante más virtuoso o a debatir una reciente actuación en alguna cafetería del centro de Bagdad.
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El misterio del maqam de Iraq
El intérprete central es el recitador, figura que, en tiempos pasados, rara vez contaba con formación académica —algunos incluso eran analfabetos—, pero dominaban un arte vocal sofisticado e intelectual.
Hoy perdura intacto los nombres de Mulla Hassan al-Babbūji, Rahmatallah Shiltagh, Mohammed al-Qubbanji y Nadhim al-Ghazali, exponentes de estos ritmos hace siglos.
Durante la ejecución, el recitador es acompañado por un conjunto instrumental que incluye el joza (violín de cuatro cuerdas con caja esférica), el santur (cítara trapezoidal con cuerdas de acero, tocada con delgadas baquetas de madera) y, en ocasiones, el violonchelo, la guitarra o el oud, este último un laúd sin trastes ideal para los matices.
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A esta riqueza instrumental se suma un repertorio de más de cien melodías, interpretadas de forma semiimprovisada, con amplio margen para la ornamentación, la variación y la expresión personal.
En 2008, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura lo inscribió en la Lista Representativa del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad (tras haberlo proclamado en 2003), y lo reconoció como un género popular que ofrece valiosa información sobre la historia de la región.