Confirma Save the Children que dos de sus trabajadores murieron en la masacre de Myanmar
La violencia se agudizó tras el golpe de Estado, que desencadenó en manifestaciones en todo el territorio. Las fuerzas armadas respondieron con violencia.
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Confirma Save the Children que dos de sus trabajadores murieron en la masacre de Myanmar
El martes 28 de diciembre, la ONG Save the Children confirmó que dos miembros de la organización perdieron la vida en el ataque perpetrado por las fuerzas de la junta militar en el este de Myanmar en la víspera de Navidad. Forman parte de las al menos 35 personas asesinadas y quemadas, entre ellas, niños.
En su cuenta de Twitter, la ONG escribió que "con profunda tristeza confirmamos que dos de nuestros empleados estaban entre los cuerpos quemados encontrados en Myanmar tras un ataque del Ejército en Nochebuena".
"Ambos eran padres recientes que trabajaban en favor de la educación. El Consejo de Seguridad de la ONU debe reunirse y tomar acciones para que los responsables respondan ante la justicia", agregó el grupo humanitario.
Por su parte, Inger Ashing, la dirección ejecutiva de Save the Children, indicó en un comunicado que "la violencia contra civiles inocentes, incluidos los trabajadores humanitarios, es intolerable, y este ataque sin sentido es una violación del derecho internacional humanitario".
“Este no es un evento aislado. El pueblo de Myanmar sigue siendo blanco de estos de una violencia cada vez mayor y eventos exigen una respuesta inmediata”, dijo Ashing.
El pasado 24 de diciembre, los 35 cadáveres calcinados fueron hallados en Kayah, uno de los estados en conflicto por los constantes enfrentamientos entre los militares y las milicias civiles que se oponen al golpe de Estado.
Save The Children manifestó que "según los informes, los militares obligaron a las personas a salir de sus automóviles, arrestaron a algunas, mataron a otras y quemaron sus cuerpos".
Después de la masacre, Save the Children suspendió las operaciones de ayuda en esta región, a la que, desde 1995, brinda servicios de salud, alimentos, educación y protección infantil.
Estados Unidos, "alarmado por la brutalidad" de la masacre, volvió a pedir que "se ponga fin a la venta de armas a la junta militar birmana".
En un comunicado, Antony Blinken, el secretario de Estado del país norteamericano, afirmó que "la comunidad internacional debe hacer más para avanzar en este objetivo y prevenir la repetición de atrocidades en Myanmar, incluso poniendo fin a la venta de armas y tecnología de doble uso a la junta militar en el poder”.
Save the Children también solicitó al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas un embargo de armas al Ejército de Myanmar. Asimismo, instó a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) a presionar por la implementación de un acuerdo alcanzado en abril con el líder de Myanmar, el general Min Aung Hlaing. En este pacto se pide el cese de la violencia en el país y la mediación de un enviado especial de la ASEAN.