Población del Cuerno de África amenazada de hambruna por sequía
Más de 15 millones de personas podrían sufrir este flagelo a mediados de este año por la grave situación humanitaria generada por la sequía en la región, afirmó hoy una agencia de la ONU.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) alertó que si no se adoptan medidas será inminente una creciente inseguridad alimentaria y desplazamientos cada vez más generalizados, que generarían un deterioro a gran escala en los próximos meses.
El Cuerno de África afronta la peor sequía en décadas y ya acumula numerosas temporadas de lluvias fallidas, fenómeno que se suma a los conflictos, la inseguridad, las condiciones climáticas extremas, la plaga de langostas del desierto y el impacto de la crisis socioeconómica provocada por la pandemia de la COVID-19.
De acuerdo con la OIM, 3,5 millones de las personas en mayor riesgo viven en Kenya, siete millones en Somalia y siete millones más en Etiopía, naciones en las cuales las comunidades rurales dependen de los recursos naturales muy afectados por la desecación de los puntos de agua que deja a la población sin medios de subsistencia.
Se han destruido miles de hectáreas de cultivos y solo en Kenya murieron el año pasado 1,4 millones de cabezas de ganado, una situación que empuja a decenas de miles de familias a abandonar sus comunidades en busca de alimentos, agua y pastos.
Datos de la OIM señalaron que la sequía más aguda de los últimos 40 años en Somalia provocó el movimiento de 2,9 millones de personas, y estimó que un millón seguirá muy pronto ese camino por la gravedad de la situación que llevó al Gobierno a declarar el estado de emergencia en noviembre de 2021.
De acuerdo con la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, la sequía ha devastado la vida y forma de sustento de ocho millones de personas en Etiopía, sobre todo en las regiones del suroeste, donde la falta del preciado líquido y alimentos mató al menos a 1,5 millones de cabezas de ganado.
Para la OIM las necesidades de la población superan las capacidades de asistencia, por lo que urge un financiamiento adicional que permita salvar vidas, restaurar medios de subsistencia, prevenir más desplazamientos y reducir las emergencias a largo plazo.