Tribunal de Sri Lanka prohíbe la salida del país al expresidente del Gobierno
Ante el agravamiento de la crisis económica en Sri Lanka, la violencia y los incendios provocados, el tribunal ha dictado una prohibición de viajar dirigida al ex primer ministro, a su hijo, al presidente y a varios diputados.
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El ex primer ministro de Sri Lanka, Mahinda Rajapaksa.
A raíz de las informaciones aparecidas en los medios de comunicación sobre su posible relación con los recientes ataques a manifestantes pacíficos, el tribunal de Sri Lanka prohibió este jueves al ex primer ministro Mahinda Rajapaksa, a su hijo y al diputado Namal Rajapaksa salir del país.
También se ha prohibido a otros 15 parlamentarios abandonar la nación por ser sospechosos de conspirar y planear los ataques.
Kamal Gunaratne, secretario del Ministerio de Defensa de Sri Lanka, negó todas las acusaciones de organizar un golpe militar.
"Ninguno de nuestros oficiales tiene el deseo de tomar el poder. Esto nunca ha ocurrido en nuestro país".
El viernes, el gobierno impuso el estado de emergencia en Colombo en medio de una huelga nacional que pedía la dimisión del presidente. Poco después, el lunes, grupos de activistas pro y antigubernamentales se enfrentaron en la capital del país.
En un intento de mitigar la prolongada crisis, y después que se incendiaran sus residencias y las del Presidente, el primer ministro Mahinda Rajapaksa dimitió. El Presidente Gotabaya Rajapaksa juró el jueves un nuevo Primer Ministro en sustitución de su hermano tras su dimisión.
El nuevo Primer Ministro, Ranil Wickremesinghe, ocupará el cargo por sexta vez, aunque sigue siendo ambiguo si se aprobará alguna ley en el Parlamento, dadas las circunstancias actuales.
La decisión del tribunal se produjo tras el aumento del número de incendios provocados y el vandalismo de la propiedad pública en todo el país. Por ello, el presidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa, instó a los manifestantes a detener la violencia y prometió esforzarse por restablecer la estabilidad en el país. También se comprometió a renunciar a la mayor parte de sus poderes ejecutivos y a crear un nuevo gabinete en los próximos días.
Con el agravamiento de la crisis económica en un mundo post-pandémico, Sri Lanka sufre ahora la peor crisis económica de su historia. La crisis es el resultado de unas políticas financieras erróneas que contaban sobre todo con el flujo de dinero extranjero que llegaba a través de los turistas y los inmigrantes, y que se ha detenido por completo con la oleada del covid-19.
Después de agotar las reservas de divisas, el país es ahora incapaz de importar los materiales vitales necesarios para su sostenibilidad.