Cafés Populares en Damasco... Patrimonio y entretenimiento
Los cafés de la capital siria, Damasco, forman parte de la historia del país. Desde muchos atrás han acompañado a los sirios de diferentes generaciones.
Damasco cuenta con un gran número de cafés, la mayoría de los cuales datan del siglo XIX, que se encuentran fundamentalmente en las calles principales y antiguos mercados populares.
Estos establecimientos populares ofrecen bebidas calientes como té, café, infusiones y refrescos, así como la cachimba, además de los juegos de mesa como el Backgammon o el ajedrez.
Utilizados para el entretenimiento, reunirse con amigos, disfrutar de algunos juegos populares, además de escuchar al Al Hakawati (cuentacuentos), visitarlos hoy tiene también el objetivo de escapar de las presiones de la vida a la luz de la crisis del país, sobre todo porque sus precios no son altos en comparación con los restaurantes.
Café Al Nawfara
Se considera uno de los cafés populares más antiguos de Damasco, que data de hace cientos de años. El café ha sido contemporáneo con muchas generaciones sirias, y aún conserva la herencia fragante en el estilo de su arquitectura y mobiliario.
Para llegar a Al Nawfara, debes pasar por el mercado de Al-Hamidiyah, que está lleno de tiendas que contienen una variedad de exhibiciones de ropa, muebles y dulces, tan pronto como te canses de caminar por el mercado, encontrarás al pie de las escaleras el café Al Nawfara donde podrás descansar.
El café consta de dos partes: la primera exterior está ubicada a lo largo de la calle, cercada con plantas, pavimentada con grandes piedras de basalto negro y sombreada por cenadores.
En cuanto a la parte interior, es cubierta, con una superficie de unos sesenta metros cuadrados, y sus paredes están adornadas con inscripciones recordatorias, fotografías y dibujos populares, y en uno de sus rincones encontramos el fogón de las brasas, y en la parte superior se alinean las cachimbas.
En el medio de la cafetería hay una enorme silla de madera tallada dedicada al Al Hakawati (cuentacuentos) que se sienta en ella para contar sus cuentos.
Al-Nawfara Café es el único que ha conservado el ritual de Al Hakawati , después de que la mayoría de los cafés lo abandonaran y lo reemplazaran por la televisión.
Entre los rituales del café, la gente acudía en masa para asistir a espectáculos de "El Karagöz", tipo de teatro de sombras con títeres de varillas o bastones movidos por el titiritero.
Hasta el día de hoy, Al Nofara Café mantiene su estilo arquitectónico con sus balcones y salones interiores y exteriores, su mobiliario a base de sillas de bambú y mesas redondas de metal, además de los cuadros que decoran sus paredes.
Sobre el origen del nombre, el escritor sirio Qutaiba Al-Shihabi dice: "El café está ubicado en la intersección de la puerta este de la Mezquita de los Omeyas y el barrio de Qaymariya, que antes se conocía como 'la Pequeña India' por su amplia actividades económicas, y frente al café está el baño árabe de Al Nawfara y entre los dos hay un espacio paradisíaco en medio de él hay una fuente de agua conocida como `Al Fawara´ porque su agua subía cuatro o cinco metros de altura, y de su fuente tomó su nombre el café".
Café Khbeni ( Escóndeme)
No nos alejamos mucho del Al Nawfara Café, subimos unos escalones para llegar a la puerta del Café "Khabeni", al final del Mercado Kabkabiya, que data de hace más de cien años.
El establecimiento consta de un salón interior rectangular con muchas mesas en el interior, cada una de las cuales puede servir a dos personas, además de un banco externo que acomoda varias mesas.
El café se distingue por su arquitectura antigua y fotografías de muchos lugares patrimoniales, y su ubicación única lo convirtió en una parada para cualquier viajero que pase por el Viejo Damasco después de visitar la Mezquita de los Omeyas.
Durante muchos años, el Al Hakawati fue un elemento fundamental en ella, antes de que cesara tras los avances tecnológicos y la entrada de la televisión. Tiempo atrás, el Café Khubeni sufrió operaciones de mantenimiento, para renovarlo y hacerle algunas modificaciones en la construcción y mobiliario.
En cuanto al nombre, este se remonta al siglo XVIII, donde el historiador Qutaiba Al-Shihabi en su libro Hitos históricos de Damasco dice que: "En la época de los otomanos, cuando buscaban jóvenes para enviarlos al servicio militar durante la Primera Guerra Mundial conocida como la guerra `Safar Barlik´. El oficial del destacamento de mercado `Al-Shawish´ llevaba un sombrero de fieltro largo, por lo que se llamaba `Abu Labada´, y su nombre se asociaba con el miedo y el pánico entre los jóvenes, y se rumoreaba de este café que se llamaba así porque en él buscaban refugio los jóvenes fugitivos, diciendo a los que estaba en él: escóndanme".
Café Al Hafana (La Habana)
Un foro para intelectuales, escritores y políticos sirios y árabes, que lo convirtió en un lugar de debate e interacción durante los últimos años desde su fundación en 1945.
Al Hafana Café está ubicado en el lado derecho de la calle Port Said, que se extiende entre la plaza Youssef Al-Azma y la estación de trenes de Al-Hejaz.
Desde mediados de los años ochenta, la estrella del café comenzó a declinar, cuando un comerciante de la construcción lo compró para convertirlo en tiendas de ropa y perfumes, pero uno de los intelectuales exigió y trabajó para no descuidarla, y por la importancia histórica, moral y cultural, fue adquirido por el Ministerio de Turismo de Siria.
Hoy, sin embargo, el estatus y la importancia del café han disminuido, no lo visitan políticos, escritores o personalidades conocidas, excepto algunos visitantes que quieren tomar una taza de café o una taza de té.
A pesar del desarrollo del movimiento urbano en "Damasco", el café "la Hafana" ha conservado su carácter, su historia y algunos de sus rasgos antiguos.
Circulan algunos relatos de que se llamaba la Hafana Café, en honor a la comunidad árabe siria en La Habana, la capital de Cuba, donde el café era un destino importante para ellos cuando llegaban a Damasco.
A pesar del desarrollo urbano y el establecimiento de cafés modernos en Damasco, los cafés populares siguieron siendo un destino para muchos sirios debido a su simbolismo y estatus histórico, ya que su número alcanzó entre 110 y 120 cafés en el último cuarto del siglo XIX.