Boris Johnson sometido a moción de censura interna
Pese a su popularidad entre las bases y, hasta ahora, el apoyo de la prensa conservadora, su mandato ha estado marcado por la polémica.
El político conservador británico Boris Johnson ha pasado en dos años y medio de ganar una histórica mayoría absoluta en las elecciones del 12 de diciembre de 2019 a caer en desgracia dentro y fuera de su partido, por lo que sus críticos califican de incompetente gestión y falta de escrúpulos.
Pese a su reconocido carisma e instinto de supervivencia, sus errores, engaños, las acusaciones de corrupción y, sobre todo, de romper las normas de la pandemia, han acabado hartando a algunos de sus colegas conservadores, que le someten este lunes a una moción de censura interna, y al electorado, que le penaliza últimamente en las encuestas y en las urnas.
El desgaste por el caso de las fiestas ilegales en Downing Street durante los confinamientos, a las que él mismo asistió y por lo que fue multado, ha llevado a un grupo de sus diputados a tratar de instigar un cambio de rumbo en el Gobierno.
No obstante, es posible que Johnson, que tantas crisis políticas ha superado, gane también la votación de esta noche si recibe el apoyo de al menos 180 de sus 359 escaños, lo que le protegería durante doce meses de otro desafío a su liderazgo.
Mientras tanto, una comisión parlamentaria investiga si mintió a la Cámara de los Comunes, pecado capital en Westminster, lo que aumenta la presión sobre su ya precaria reputación y amenaza también su futuro.
Mandato polémico
Pese a su popularidad entre las bases y, hasta ahora, el apoyo de la prensa conservadora, su mandato ha estado marcado por la polémica, tanto por la proliferación de escándalos como por su enfoque de las relaciones con la Unión Europea (UE) y de la crisis sanitaria.
Johnson llegó al poder inicialmente el 24 de julio de 2019, tras imponerse en unas elecciones dentro del Partido Conservador para sustituir a su antecesora, Theresa May, víctima expiatoria del brexit y que acabó dimitiendo tras superar una moción de censura entre sus colegas como la que se convoca este lunes.
En ese momento, con una mayoría escasa, su principal objetivo fue renegociar un acuerdo con Bruselas para ejecutar la salida de la UE.
A fin de neutralizar a sus colegas proeuropeos, aconsejado por su hoy archienemigo Dominic Cummings, en el verano de 2019 pidió a la reina Isabel II que decretara una suspensión temporal del Parlamento, una medida declarada ilegal por el Tribunal Supremo.
El político del “cuidadosamente despeinado” pelo rubio logró un nuevo pacto con los Veintisiete —incluido el protocolo para Irlanda del Norte del que ahora se arrepiente— y convocó elecciones anticipadas para el 12 de diciembre, que ganó con la mayoría conservadora más rotunda desde 1987, gracias al voto inédito de antiguos feudos laboristas.
El Reino Unido salió de la UE y todo pintaba bien para su proyecto y perspectivas, pero llegó la pandemia y hubo de abandonar sus grandiosas ambiciones para centrarse en confrontar la emergencia.
El propio Johnson ha reconocido que se equivocó en su gestión inicial, cuando postergó el confinamiento, apostando por la inmunidad colectiva, y restó importancia al virus, por el que él mismo fue ingresado en abril de 2020.
Las negociaciones para mejorar el protocolo norirlandés tampoco han llegado a buen puerto y han deteriorado la relación bilateral, al tiempo que Irlanda del Norte está sumida en una crisis política por la polarización de sus líderes.
La oposición laborista señala su tendencia a contradecirse y a justificar sus faltas como muestra de que no es de confianza y de que antepone su carrera al bien del país.
Cómo funciona la moción de censura
Cada partido político tiene sus propias reglas para la elección —y destitución— de su líder.
Este lunes, el legislador Graham Brady, al frente del Comité 1922 que representa a todos los legisladores conservadores, informó que se había superado el 15 por ciento necesario para llamar a este voto.
Actualmente el partido de gobierno cuenta con 359 parlamentarios, lo que significa que al menos 54 legisladores han manifestado por carta no tener ninguna confianza en el primer ministro.
La votación tendrá lugar al finalizar de este lunes y los votos serán contados inmediatamente. El sufragio es secreto, aunque algunos diputados pueden hacerlo público si quieren.
Para evitar la destitución, y asumiendo que todos los legisladores del Partido Conservador votan y nadie se abstiene, Johnson necesita asegurar el apoyo de una mayoría simple: 180 votos (la mitad de los legisladores de su partido más uno).
En caso de que salga airoso, el liderazgo de Boris Johnson no podría ser puesto a prueba por su partido durante un año.
Pero eso no le libraría de la presión. Los ojos estarán también puestos en el número de votos en contra del primer ministro.
En diciembre de 2018, la predecesora de Boris Johnson, Theresa May, superó esta moción de censura interna, pero más de un tercio de sus legisladores dejó en claro la oposición a su gobierno y ella anunció su renuncia seis meses después.
Mientras aquel voto de censura tuvo lugar en plenas negociaciones por el brexit, la salida de Reino Unido de la Unión Europea, esta moción ocurre en un momento de aumento del costo de vida en el país y la guerra en Europa tras la operación militar de Rusia a Ucrania.