Estados Unidos y la población al borde del abismo
¿Qué ocurre cuando los estadounidenses no confían en las instituciones?
La creciente falta de confianza de la población de Estados Unidos en sus instituciones y la insatisfacción marcan índices preocupantes y reafirman teorías sobre la crisis sistémica que amenaza al país que se precia de ser un modelo de democracia en el mundo.
Un reciente análisis de Amelia Thomson-DeVeaux, redactora senior del sitio especializado FiveThirtyEight, y Zoha Qamar, becaria de ABC News, hace una profunda aproximación al tema y revela valoraciones de encuestas sobre los problemas que preocupan a los norteamericanos. ¿Qué ocurre cuando los estadounidenses no confían en las instituciones?, es la interrogante que destapa el problema.
Los estadounidenses se sienten inquietos, y es difícil culparlos. Las cosas que quieren cambiar -la inflación, el número de casos de COVID-19, el aumento de la delincuencia violenta en algunas ciudades- parecen cada vez más intratables. A finales de junio se produjo un gran y brusco cambio en la vida estadounidense, cuando el Tribunal Supremo anuló el derecho constitucional al aborto. Pero ese no era un cambio que la mayoría de los estadounidenses quería, señala la publicación.
Esta sensación de insatisfacción se puso de manifiesto en una reciente encuesta de Gallup, que preguntó a los estadounidenses el grado de confianza que tienen en diversas instituciones. La encuesta reveló que, desde el pasado mes de junio, cuando Gallup hizo por última vez esta serie de preguntas, la confianza de los estadounidenses en casi todas las instituciones ha disminuido.
En la encuesta, que se realizó antes de que los jueces hicieran pública su decisión sobre el aborto, pero después de que se filtrara un borrador de la opinión, los mayores cambios se produjeron en la presidencia, que experimentó un descenso de 15 puntos, y en el Tribunal Supremo, que experimentó un descenso de 11 puntos. Pero en general, el estado de ánimo nacional es agrio. La confianza media de los estadounidenses en 14 de las instituciones por las que preguntó Gallup se situó en el 27 por ciento, el punto más bajo desde que Gallup empezó a realizar la encuesta en 1979, subrayaron las analistas.
En las tendencias de Gallup, se puede ver una desilusión cada vez mayor con casi todas las instituciones importantes.
Según una encuesta de la Universidad de Monmouth realizada entre el 23 y el 27 de junio, el 57 por ciento de los estadounidenses afirmó que las acciones del gobierno federal en los últimos seis meses han perjudicado a su familia en relación con el asunto más importante para ellos, frente al 34 por ciento en julio de 2021 y el 46 en diciembre.
Esta amplia pérdida de fe en las instituciones que organizan nuestra sociedad es peligrosa, dicen los expertos, y puede ser difícil de revertir. "A pesar de la polarización política, ambas partes sienten que están perdiendo", dijo Daniel Drezner, profesor de política internacional en la Universidad de Tufts. "Y las poblaciones y los países que son pesimistas sobre el futuro suelen acabar haciendo cosas realmente malas".
En otra parte de su valoración, las analistas aseguran que las respuestas económicas y de salud pública a la pandemia del COVID-19 pueden haber convencido a más estadounidenses de que el gobierno simplemente no sabe lo que está haciendo.
Al comienzo de la pandemia de COVID-19, los estadounidenses dijeron que generalmente confiaban en el gobierno para manejar la crisis y compartir información precisa sobre ella. Su confianza en la respuesta de Trump a la pandemia se erosionó durante el año restante, pero cuando Biden llegó al cargo, la aprobación de su gestión de la pandemia era bastante alta.
Ahora, sin embargo, según el rastreador de aprobación de FiveThirtyEight para la respuesta de los presidentes a la COVID-19, el 49 por ciento de los estadounidenses aprueban la gestión de Biden de la pandemia y el 43 la desaprueban.
Y una encuesta del Pew Research Center de principios de este año encontró que una parte cada vez menor de los estadounidenses confía en que Biden es capaz de manejar los efectos de salud pública de la pandemia de la COVID-19 y que tiene buen juicio en la política económica, lo que refleja la preocupación pública generalizada sobre el aumento de la inflación y una posible recesión.
Estos cambios se están produciendo entre los estadounidenses de todas las tendencias políticas, aunque en distinto grado. La encuesta de Gallup reveló que la confianza de los demócratas en la institución de la presidencia cayó del 69 por ciento en 2021 al 51 este año, un descenso alarmante entre los miembros del propio partido de Biden. Eso coincide, en general, con una erosión más amplia del apoyo a Biden entre los demócratas, muchos de los cuales están decepcionados por la falta de logros políticos de su administración y cada vez más frustrados por el aumento de los costes.
La desconfianza generalizada puede ser peligrosa. Si la gente no confía en las instituciones gubernamentales, será más probable que crea que las elecciones tampoco son de fiar. Drezner dijo que, a medida que aumenta la desconfianza, es más probable que la gente actúe de forma disruptiva o incluso violenta, como en la insurrección del 6 de enero. Si los estadounidenses creen que las instituciones que les rodean están fallando, dijo, "podrían verse tentados a hacer una apuesta arriesgada que les devuelva a donde estaban".
Por otra parte, el 63 por ciento de los estadounidenses estaba preocupado por sus perspectivas financieras individuales en el futuro a corto plazo, según una encuesta del 23 al 27 de junio de Navigator Research. Los estadounidenses de raza blanca (69 por ciento) parecían ser los más preocupados, aunque los de origen asiático y de las islas del Pacífico no estaban muy lejos (64 por ciento).
Mientras tanto, una proporción menor de hispanoamericanos (51 por ciento) y de negros (44 por ciento) declararon sentirse incómodos en este sentido. Esta división entre grupos raciales y étnicos es consistente entre los estadounidenses cuando se trata de sus opiniones generales sobre la economía actual: Los de raza blanca (83 por ciento) son los que expresan más pesimismo sobre la economía, seguidos por los de origen asiático y de las islas del Pacífico (79 por ciento), los estadounidenses de origen hispano (68 por ciento) y los de raza negra (61 por ciento).
Por otra parte, al valorar la aprobación del presidente Joe Biden, el análisis plantea que según el rastreador de aprobación presidencial de FiveThirtyEight2, el 38,6 por ciento de los norteamericanos aprueba el trabajo que está haciendo Biden como presidente, mientras que el 56,3 por ciento lo desaprueba (un índice de aprobación neto de -17,7 puntos). La semana pasada por estas fechas, el 39,0 por ciento lo aprobaba y el 56,2 por ciento lo desaprobaba (un índice de aprobación neto de -17,2 puntos). Hace un mes, Biden tenía un índice de aprobación del 40,5 por ciento y un índice de desaprobación del 53,6 por ciento, para un índice de aprobación neto de -13,1 puntos.
Estas son solo valoraciones sobre datos que muestran las encuestas pero, es para preocuparse y como dice el refrán, “Cuando el río suena es porque piedras trae”.