"Israel" demuele casas de familiares de prisioneros palestinos
El Centro de Estudios de los Prisioneros Palestinos señaló que estas prácticas israelíes contra los palestinos constituyen un crimen de guerra.
El Centro de Estudios de los Prisioneros Palestinos informó que las autoridades de ocupación israelíes continúan su guerra psicológica y económica contra los prisioneros y sus familias mediante la adopción de una política de demolición de viviendas y el desplazamiento de sus residentes.
Riad Al-Ashqar, director de la institución, señaló que estas prácticas israelíes contra los palestinos constituyen un crimen de guerra.
También explicó que desde principios de este año, la ocupación israelí ha intensificado la política de demolición de las viviendas de las familias de los cuativos. Destacó que la ocupación demolió seis casas, la mayoría de ellas en la ciudad de Jenin, un número equivalente al total de casas demolidas en 2021.
Al-Ashqar comentó que las autoridades israelíes intensificaron en los últimos años la política de castigo colectivo contra las familias de los prisioneros mediante la demolición de sus casas, con el objetivo de imponer más pérdidas y castigar a los jóvenes palestinos o su afiliación a la resistencia.
El directivo mencionó que los prisioneros cuyas casas fueron demolidas este año son Youssef Assi y Yahya Merhi en el pueblo de Qarawat Bani Hassan, cerca de la ciudad de Salfit.
El pasado mes de marzo, el centro dijo que las autoridades israelíes detruyeron las casas de los reos Mohammad Youssef Jaradat y Ghaith Ahmad Jaradat en la ciudad de Al-Silah Al-Harithiya, en Jenín.
El pasado mes de mayo, las fuerzas israelíes volaron la casa del hermano de Ghaith Omar, tras su condena por llevar a cabo una operación en Burqa, al oeste de Nablus, durante la cual murió un colono israelí en diciembre de 2021.
Del mismo modo, los militares también dinamitaron la casa del prisionero Mahmoud Jaradat en Al-Silah Al-Harithiya, después que fuera acusado de llevar a cabo una operación en Homesh, que provocó la muerte de una colono y heridas a otros.
Al-Ashqar acusó a la ocupación israelí de ser un régimen colonial racista que practica todas las medidas de abuso y venganza y legitima la política de castigo colectivo mediante decisiones instruidas por la Knesset israelí y su autoridad judicial contra los palestinos en general y los presos en particular.
Además, consideró que la demolición de las casas de las familias de los prisioneros es una grave violación de las normas y leyes internacionales y una violación de las disposiciones del artículo 33 de la Cuarta Convención de Ginebra relativas a la protección de los civiles en tiempos de guerra. Añadió que la ocupación está castigando a civiles que no han sido condenados por ningún acto de resistencia.
El director del Centro de Estudios de los Prisioneros Palestinos hizo un llamamiento a todas las instituciones internacionales para que rompan su silencio, que anima a la ocupación a cometer más crímenes, y para que intervengan urgentemente para poner fin a la política de castigos colectivos contra las familias de los prisioneros.