Poder de Estados Unidos desafiado en el mundo
Cada vez son más los países que se niegan a unirse a la política exterior de EEUU de aplicar sanciones y prefieren resolver las disputas mediante el compromiso y mantener buenos lazos.
Está surgiendo un bloque de países que puede convertirse en una sólida fuerza mundial en las próximas décadas, que desafía a Estados Unidos y se niega a seguir su liderazgo, sostiene un informe del periodista estadounidense Stephen Kinzer, publicado en el diario The Boston Globe.
En su valoración titulada El neutralismo vuelve y se hace más poderoso, Kinzer planteó que la guerra en Ucrania galvanizó a la OTAN liderada por Estados Unidos. Sin embargo, también llevó a un número creciente de países a concluir que no tienen ningún interés en un conflicto europeo o en una confrontación con Rusia.
El presidente Biden los convoca a "la batalla entre la democracia y la autocracia", pero siguen siendo no combatientes. Cuando se les presiona para que apoyen la campaña de la OTAN contra Rusia, responden, como Bartleby el escribiente, "preferiría no hacerlo".
Siempre ha habido países reacios a seguir el liderazgo de Estados Unidos en el mundo, argumenta Kinzer. Lo que es nuevo es su afán por unirse. Está surgiendo un bloque que puede convertirse en una sólida fuerza mundial en las próximas décadas. La reciente reunión de los líderes rusos, turcos e iraníes lo presagia. Esta sería una de las consecuencias de mayor alcance de la guerra de Ucrania.
"Es probable que un nuevo eje de poder sea la asociación conocida como BRICS, que agrupa a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Fundado en 2006 para promover el comercio entre sus miembros, se está transformando en un bloque político y planea su primera expansión. Turquía, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Argentina e Irán quieren unirse", puntualizó.
Irán también está dispuesto a unirse al otro gran eje de abstencionistas de Eurasia, la Organización de Cooperación de Shanghai. Sus miembros originales eran China, Rusia y cuatro repúblicas de Asia Central. Pakistán se unió en 2017, e Irán será admitido el próximo año. El tamaño y la fuerza combinados de estas cuasi-alianzas las convierten en potentes desafíos para el poder estadounidense en el mundo, añadió.
Incluso, agregó, algunos países cuyo apoyo hemos tenido habitualmente en el pasado, como "Israel", México e Indonesia, se han negado a unirse a nosotros para sancionar a Rusia. También lo han hecho casi todos los países africanos y latinoamericanos. La guerra de Ucrania les ha hecho más escépticos con respecto a Estados Unidos y más reacios a apoyar las posiciones estadounidenses en el mundo.
Muchos países prefieren resolver las disputas mediante el compromiso y mantener buenos lazos incluso con los países a los que temen o les desagradan. Además, "la insistencia de Biden en que está liderando una guerra global contra la autocracia es difícil de tomar en serio", y alegó, "cuando se doblega ante Arabia Saudita, donde la disidencia se castiga con la decapitación o el desmembramiento".
"Una segunda razón por la que más países se están alejando de Estados Unidos es que a muchos de ellos les parecemos poco fiables. En los últimos años, nuestra política exterior ha sido muy zigzagueante. Los acuerdos escritos con otros países aparecen y desaparecen según los resultados electorales. Si añadimos a esta mezcla nuestros graves problemas internos, es fácil entender por qué algunos países se sienten reacios a enganchar su carro a nuestra estrella", agregó el analista.
Quizás lo más importante, apuntó, "es que pocos países quieren debilitar sus relaciones con Rusia o China. Rusia suministra a muchos países bienes vitales, desde petróleo hasta fertilizantes. China está recogiendo los frutos de dos décadas de intenso compromiso con países que Estados Unidos ignora o da por sentado".
Además manifestó: "China es ahora el mayor socio comercial de África y América Latina. Su multimillonaria Iniciativa del Cinturón y la Ruta pretende atraer a más de 70 países a su esfera. El contraproyecto de Biden fue algo que denominó Build Back Better World, que según la Casa Blanca "catalizará colectivamentemcientos de miles de millones de dólares de inversión en infraestructuras para los países de ingresos bajos y medios".
Pocos países entre los abstencionistas apoyan la acción de Rusia en Ucrania. Simplemente quieren perseguir sus propios intereses nacionales y mantenerse al margen de los conflictos de las grandes potencias.
A lo largo de la Guerra Fría, los líderes estadounidenses trataron de aplastar la amenaza que llamaban "neutralismo". No lo consiguieron. "Hoy, Estados Unidos se enfrenta a un reto similar, pero somos menos poderosos y quizás menos atractivos que entonces. Nos enfrentamos a una difícil elección", remarcó Kinzer un laureado periodista estadounidense.
Una opción sería frenar nuestras cruzadas en el extranjero, transigir con Rusia y China y concentrarnos en la reconstrucción de nuestro propio país. Eso significaría, dijo, "aceptar un nuevo orden mundial en el que seríamos menos dominantes que en cualquier otro momento de los últimos 75 años, algo bastante desagradable tanto política como estratégicamente".
Sin embargo, "si insistimos en tratar de mantener nuestro estatus de líder para siempre, tendremos que utilizar periódicamente los tipos de coerción que gran parte del mundo rechaza ahora. Cualquiera de las dos opciones puede reforzar a los abstencionistas", opinó.