Falta de reformas económicas empeora condiciones de vida en Túnez
De acuerdo con algunos analistas económicos, la escasez de un número de productos básicos en los mercados, unido a la agudización del fenómeno del monopolio y la especulación, ha creado una situación que se complica cada vez más ante el incesante aumento de la tasa de inflación.
El retraso en la implementación de las reformas económicas necesarias en Túnez se refleja en las condiciones de vida de los ciudadanos: pobreza, inflación y escasez de los productos básicos en los mercados, además de desempleo.
De acuerdo con algunos analistas económicos, la escasez de un número de productos básicos en los mercados, unido a la agudización del fenómeno del monopolio y la especulación, ha creado una situación que se complica cada vez más ante el incesante aumento de la tasa de inflación, la cual alcanzó el 8,2 por ciento, un porcentaje que se espera aumente, ya que el país -por un lado- se enfrenta a una inflación importada como consecuencia de la crisis mundial y de la guerra en Ucrania, y -por otro- al continuo estancamiento de la economía nacional y el retraso en la implementación de las reformas.
A juicio de Abdeljalil al Badawi, experto en asuntos económicos, a la luz del debate político y sindical que ha obstaculizado el avance del país hacia la implementación de las reformas necesarias, el gobierno apuesta al financiamiento del Fondo Monetario Internacional, con el fin de alcanzar un equilibrio financiero.
Para el analista Ezzedine Suaidan, Túnez apuesta, al ser anfitrión de la Cumbre Japón-África a realizarse en un futuro cercano, y después de la Cumbre de la Francofonía, a la posibilidad de atraer inversiones extranjeras y consolidar las oportunidades de asociación, que le puedan permitir convertirse en un puente de mediación entre los mercados de Europa y Asia y los prometedores mercados africanos.
Lo cierto es que la situación de la economía tunecina se tambaleaba antes de la revolución, para agravarse aún más durante la última década, lo cual complica las condiciones de vida de los tunecinos, una situación que, según los observadores, exige la necesidad de separar las reformas económicas de las confrontaciones políticas en el país.