Arrestan en el Líbano a médico sirio que trabajaba para el Mossad
Durante algunos años estuvo en contacto con oficiales del Mossad que le pidieron reclutar a sus hermanos militares del ejército sirio.
Las Fuerzas de Seguridad Interna libanesas arrestaron a un médico sirio, nacido en Latakia/Siria 1969, que ingresó al Líbano por el aeropuerto de Beirut en el mes de agosto y que trabajaba para el Mossad israelí.
Oficiales de seguridad interior hacían un seguimiento de las cuentas electrónicas que utilizan los agentes de los servicios de inteligencia israelíes, a través de las cuales se comunican con los agentes detenidos anteriormente. El médico venía de Suecia a Beirut para luego trasladarse a Siria.
Posteriormente se informó al poder judicial para obtener permiso para arrestarlo cuando intentaba salir del aeropuerto de Beirut.
El detenido dijo a los investigadores que es médico interno y nefrólogo, que dirige el departamento de nefrología en un hospital de Estocolmo, gana siete mil 300 euros por su trabajo y viaja con frecuencia.
LEA TAMBIÉN: Líbano captura a elementos del Daesh, liderados desde América Latina
Según detalló en los interrogatorios, una persona llamada Christopher que trabaja en empresas que se especializan en el medio ambiente y la purificación del agua, lo contactó por correo electrónico en 2018 ofreciéndole asistencia en un proyecto de ese tipo en Siria de manera benéfica y gratuita.
Posteriormente se reunieron un mes después, en el Hotel Sheraton de Estocolmo, donde conversaron sobre el proyecto.
El médico sugirió los nombres de las personas para trabajar en el proyecto, sus hermanos Louay y Mazen, sabiendo que el primero es un coronel retirado del ejército sirio y el segundo es un general de brigada del ejército, cuyo centro de servicio está en el Departamento de Ingeniería y Topográfica, además de la esposa de su hermano quien trabaja como ingeniera civil en un ayuntamiento.
Agregó que se había puesto en contacto con varios colegas sirios, pidiéndoles que le proporcionaran los nombres de las áreas que necesitaban purificación de agua, luego eligió Sahnaya, ubicada en el campo de Damasco.
En la segunda reunión, Christopher asistió con otra persona que lo presentó como un experto en potabilización de agua. Al final de la reunión le pidieron que trajera un mapa geográfico de la distribución de la red del vital líquido en el pueblo y pidió tomar fotografías de las ubicaciones de los tanques y los lugares que se utilizarán para el tratamiento del agua.
El médico viajó para reunirse con el alcalde de Sahnaya, informarle sobre el proyecto y traer las fotos y el mapa requeridos.
La tercera reunión se llevó a cabo en un restaurante libanés en Praga, República Checa, al margen de una conferencia en la que participó el galeno. Allí se encontraron con el director del supuesto proyecto de purificación de agua, quien le dijo que era de origen griego y reside en Suiza, y su nombre era Paul, a quienes les proporcionó los mapas e imágenes.
Después de eso, siguió comunicándose con el jefe de proyecto a través de WhatsApp, para hablar de trabajo, vida personal y política.
Un cuarto encuentro tuvo lugar en 2019 en Italia, luego que el dueño del proyecto le pidiera viajar a Milán por su cuenta para reunirse con un funcionario de la Unión Europea con quienes habló sobre las sanciones a Siria y cómo evitarlas para llevar a cabo el proyecto.
En esa reunión, el médico le sugirió al funcionario que financiara la fábrica de cemento de su padre, a lo que le respondieron que antes de iniciar este proyecto hay que buscar maneras para evitar las sanciones europeas a Siria.
Al final de la conversación el dueño del proyecto le entregó 550 euros a cambio de la reserva de hotel y el billete. Seis meses después, tuvieron una nueva cita en Roma, Italia.
El doctor mencionó que las conversaciones se centraron en su vida privada más que en el proyecto sin lograr ningún avance en lo que supuestamente les interesaba, por lo que les preguntó y le dijeron que la demora en el proyecto se debía a las sanciones. Al final del encuentro le proporcionaron otros 600 euros.
La comunicación con el jefe de proyecto continuó una vez por semana, y se extendieron hacia su padre de 85 años y sus dos hermanos, Louay y Mazen.
Muchas escusas y nada del proyecto concreto
En el verano de 2019, tuvo lugar otra reunión en Suiza de aproximadamente una hora y media. Las conversaciones eran privadas sobre él y sus hermanos. El doctor manifestó sus desacuerdos en viajar sin que se concretara ningún proyecto, por lo que su interlocutor le respondió que lo considera su amigo y le complace hablar con él sin importar los objetivos principales.
Luego le pidió un mapa completo de la distribución de la red de agua de Damasco, y lo justificó de que era para estudiar la viabilidad de establecer varios proyectos de purificación y le dio un monto de mil 200 euros.
El médico dice que en ese momento tenía dudas porque ninguno de los planes se había llevado a cabo y consideraba ilógicos e incoherentes los pedidos del empresario, pero siguió comunicándose con la esperanza que le quedara claro el panorama.
Las reuniones entre el médico y el propietario del proyecto se espaciaron desde principios de 2020 debido a la pandemia de la Covid-19. Pero en junio de ese año el supuesto proyectista le solicitó establecer una oficina para que su hermano Mazen gestionara el proyecto en Siria, siempre que él se hiciera cargo de los gastos de alquiler y equipamiento de la oficina.
Luego le pidió que comprara una computadora portátil y un celular, con una tarjeta SIM sueca conectada, este último le ofreció comprar su computadora por 300 euros.
El detenido añadió que hasta julio de 2020 todas las reuniones se enfocaban en el proyecto de potabilización de agua, pero desde agosto de 2020 comenzó la transformación en la que el médico entendió la naturaleza del trabajo de seguridad.
Luego lo contactó a través de WhatsApp y le pidió que descargara un programa dedicado a la encriptación y le explicó en detalle los pasos necesarios. Le pidió que activara la red social en la línea sueca, para comunicarse con su hermano Mazen, oficial del ejército sirio.
También le ofreció costear todos los gastos y encontrarse en Suiza, y hubo una llamada telefónica entre el médico y el dueño del proyecto por un lado, y su hermano Mazen y su padre por el otro, y les dijo que trasladaría el equipo con él a Siria para comenzar a trabajar.
El dueño del proyecto le pidió que intensificara su trabajo en Siria para poder financiar el proyecto de la fábrica de cemento de su padre. La naturaleza del trabajo es que él y su hermano Mazen recopilan información que considera importante sobre temas que él nos proporciona.
Resaltó que esta era la única forma de financiar el trabajo en la planta de cemento. El dueño del proyecto revisó el equipo y el programa de cifrado en la computadora y activó un correo electrónico, además de proporcionarle la contraseña y verificar que la aplicación WhatsApp estaba activada en el número sueco. Le dio una clave escrita en un papel, pidiéndole que se lo diera a su hermano y le dijo que tenía prohibido fotografiarlo.
Le enseñó a ingresar un documento en el programa de encriptación y luego le pidió que le enseñara estos pasos a su hermano Mazen. Le advirtió que le dijera que el teléfono es exclusivamente para comunicarse con él a través de la aplicación WhatsApp y el correo electrónico, pidiéndole que siempre tuviera el móvil en la oficina. También le advirtió que no usara la computadora en ningún otro trabajo, y luego le entregó la suma de dos mil 500 dólares.
El médico informó a los investigadores que el dueño del proyecto actuó con él de manera diferente a la anterior, y que descubrió que lo que busca no está relacionado con obras de caridad. Se percató entonces que se estaba comunicando con un oficial del Mossad israelí que busca información de seguridad de sus hermanos en Siria, y que lo tomaron como mediador para completar su misión porque su comunicación con sus hermanos no levantaría sospechas para el servicio de seguridad.
En su testimonio, el médico dice que a su llegada a Siria se reunió con su padre y sus dos hermanos y les informó que no había proyectos de caridad y que la persona con la que estaban tratando era un oficial del Mossad israelí.
Tuvo lugar una discusión entre ellos, y luego decidieron continuar la comunicación y lidiar con eso. Le enseñó a su hermano Mazen cómo usar los dispositivos, ya que trató de enviar un archivo después de cifrarlo a través de una aplicación en la computadora usando el código de acceso proporcionado por el operador.
No ofreció la información completa
Hasta este punto quedó claro para los investigadores que el médico mentía, pues en una declaración posterior afirmó que había recibido seis mil euros para dárselos a sus hermanos y a su padre a cambio de empezar a trabajar.
También sobresalió que a la reunión donde se preparaba el equipo, llegó otra persona cargando una bolsa negra. Revisó los dispositivos electrónicos y luego reemplazó el ratón de la computadora por otro sin cable y le aseguró que se quedaría siempre con ella.
Igualmente, no explicó sobre las tareas asignadas a su hermano, oficial del ejército, que consistían en enviar mapas de los municipios pertenecientes a la ciudad de Damasco y su interior, incluyendo detalles de caminos, carreteras y puentes.
También fue contactado en una ocasión por una persona que hablaba con acento jordano y le pidió que reuniera información sobre dos personas en Siria.