En Italia, Meloni a lo Mussolini
El analista y exdiplomático de la India M. K. Bhadrakumar valoró el peligroso ascenso de las políticas fascistas de Giorgia Meloni a Italia.
La clara perspectiva de que Giorgia Meloni se convierta en la próxima primera ministra de Italia crea hoy interrogantes sobre si el país pronto pudiera tener de vuelta políticas parecidas a las del fascista de Benito Mussolini, subrayó el analista y exdiplomático de la India M. K. Bhadrakumar.
Bajo el título "El fascismo vuelve al centro de Europa", el experto mencionó ideas sobre cómo esta figura se acerca al poder y usa el término "interés nacional" que tiene una connotación totalmente diferente, vinculada a la idea fascista de un concepto étnico de nación.
Publicado en el sitio Indian Punchline, el político calificó de asombrosa la victoria de una coalición de extrema derecha en las elecciones parlamentarias italianas del domingo último y la clara perspectiva de que Giorgia Meloni se convierta en la próxima primera ministra del país.
De acuerdo con Bhadrakumar, las opiniones de Meloni sobre la inmigración y la preservación de la "familia cristiana" tienen sus raíces en el Movimiento Social Italiano (MSI), un partido fundado después de la Segunda Guerra Mundial por los antiguos nostálgicos de la dictadura fascista de Benito Mussolini.
Meloni insiste en que ella misma no es fascista, pero la bandera de su partido incluye el símbolo del antiguo partido pro-fascista: la llama tricolor. Dos descendientes de Mussolini, su nieta Rachele y su bisnieto Caio Giulio Cesare, se presentan bajo la bandera del partido que lidera Meloni, Hermanos de Italia. A esto se suma la propia opinión que sobre Mussolini tiene Meloni: "Todo lo que hizo, lo hizo por Italia", precisó el analista.
Todo esto hace que el meteórico ascenso de esta política de origen obrero —subrayó—sea una mezcla combustible en una coyuntura en la que el futuro de la propia política europea parece oscuro e incierto, tambaleándose bajo la crisis económica.
El famoso pasaje de León Trotsky sobre el ascenso del fascismo, explica el analista, ayuda a entender lo que está sucediendo. Trotsky escribió: "El movimiento fascista en Italia fue un movimiento espontáneo de grandes masas, con nuevos líderes de las bases. Es un movimiento plebeyo en origen, dirigido y financiado por los grandes poderes capitalistas. Surgió de la pequeña burguesía, del proletariado de los barrios bajos e incluso, en cierta medida, de las masas proletarias; Mussolini, antiguo socialista, es un hombre 'hecho a sí mismo' surgido de este movimiento."
Los tres pilares de la política de Meloni son la tolerancia cero con la inmigración ilegal, el conservadurismo social extremo y, hasta hace poco, un beligerante euroescepticismo, señaló Bhadrakumar.
Cita el analista que el periódico Guardian escribió: "De Italia a Suecia, de Hungría a Francia, la extrema derecha vuelve a ser una fuerza a tener en cuenta. Su hostilidad hacia los inmigrantes anima a los xenófobos en todas partes, incluso en la India".
Explicó el ex diplomático hindú que en la política europea, Italia desempeñó tradicionalmente el papel de socio menor de los pesos pesados que impulsan la toma de decisiones, Francia y Alemania. Es casi seguro que eso cambiará con Meloni.
La "incógnita" es qué camino tomará: ¿un populista como el húngaro Viktor Orban, empeñado en ejercer cada vez más control; un púgil como el polaco Mateusz Morawiecki; o una voz conservadora más conocida como Liz Truss? ¿O incluso algo totalmente diferente?, acentuó.
Cualquiera que sea el camino que tome importa mucho, porque Italia es una de las naciones más ricas e influyentes del mundo: miembro del G7 y tercera economía de la Unión Europea (UE), y potencia de la OTAN.
De hecho, es posible que Meloni tenga que moderarse —al menos al principio—, ya que Italia es el mayor beneficiario de los fondos de la UE de nueva generación y sus dificultades económicas se gestionan mejor con la ayuda del bloque. Dicho esto, hay que hacer una importante distinción cuando la coalición de Meloni habla de "interés nacional".
Tradicionalmente, los líderes italianos perseguían el interés nacional siendo amigos de países con valores e intereses similares. Así, el proeuropeísmo y el atlantismo se convirtieron en principios incuestionables de la política italiana, valoró el experto.
No será ninguna sorpresa, remarcó, que Meloni ponga en su sitio a los burócratas de la Comisión Europea y corte las alas a la UE. Recientemente dijo con franqueza: "Lo que ocurrirá es que el tren de la salsa llegará a su fin". No sólo cree que Bruselas es inútil, sino que es hostil.
Citando los intentos de la UE de castigar a Polonia y Hungría por sus retrocesos democráticos, dijo: "Nos enfrentamos al ataque más poderoso y violento contra los gobiernos de naciones soberanas que se oponen a la dictadura de la ideología políticamente correcta."