Debilitar a Rusia es una quimera, afirma embajador ruso en el Líbano
En entrevista concedida a Al Mayadeen, el diplomático señaló que los referendos de adhesión a Rusia en el Donbás, Kherson y Zaporozhye y la decisión del mando militar de anunciar una movilización parcial de sus tropas preocupan a Occidente.
El embajador ruso en el Líbano, Alexander Rudakov, declaró que cualquier discurso o idea de debilitar a Moscú es solo una quimera.
En entrevista concedida a Al Mayadeen, el diplomático señaló que los referendos de adhesión a Rusia en el Donbás, Kherson y Zaporozhye y la decisión del mando militar de anunciar una movilización parcial de sus tropas preocupan a Occidente.
Al referirse al primero de los aspectos, Rudakov señaló que los referendos reflejan el derecho legítimo de los residentes de estas regiones a la autodeterminación de acuerdo con sus tradiciones civilizatorias, culturales y religiosas.
Sobre la movilización parcial explicó que la misma significa llamar al servicio militar a 300 mil soldados de la reserva con experiencia en el combate.
También señaló que tal decisión forma parte de la respuesta de Moscú a la agresión continua y sin precedentes de la maquinaria militar de la OTAN contra Rusia, llevada a cabo por las unidades del régimen nazi ucraniano.
Además, recordó que la operación especial militar iniciada en febrero tiene como objetivo proteger a la patria, su soberanía e integridad territorial, y contribuir al desarme y la desnazificación de Ucrania.
En torno a los acontecimientos acaecidos en la planta nuclear de Zaporozhye, Rudakov comentó que, desafortunadamente, no se puede esperar nada bueno de los países occidentales.
No obstante, el representante ruso en Beirut manifestó su esperanza de que prevalezca la razón y que Occidente acepte que los cambios operados en el sistema de relaciones internacionales no pueden retroceder.
Occidente intenta trasladar la guerra al interior de Rusia
De acuerdo con Rudakov, Estados Unidos y la Unión Europea presionan a Kiev para que transfiera las operaciones militares al interior del territorio ruso con el objetivo de infligir una derrota militar y apoderarse de su soberanía, dividirla y saquearla.
En ese sentido, indicó que Kiev no goza de independencia en la toma de decisiones o en los procedimientos operativos, sino que recibe sus órdenes de Washington y de las capitales europeas.
Estrategia occidental sobre la operación militar rusa
El embajador ruso señaló que el país está sujeto a una guerra mediática. “La estrategia enemiga es difundir información falsa sobre la operación especial militar rusa y fabricar noticias sobre presuntas victorias de los nacionalistas ucranianos”.
Al respecto, Rudakov aseguró que las fuerzas rusas están operando con éxito en una línea de contacto de guerra y un frente de batalla -que supera los mil kilómetros- contra las neonazis y toda la maquinaria militar de Occidente.
Igualmente, señaló que -pese al apoyo militar occidental al régimen de Kiev- Rusia tiene los medios de respuesta apropiados, y los objetivos establecidos para la operación militar especial que se lograrán a cualquier costo.
Rusia no recurre al uso de amenazas
Rudakov aseveró que no está en la naturaleza del ejército ruso lanzar amenazas. Insistió que, desde el inicio de la operación especial militar, Rusia estuvo a favor de las conversaciones de paz, pero Kiev y la OTAN no respondieron de la manera adecuada.
A la luz de la crisis energética en Europa, el funcionario ruso afirmó la imposibilidad de compensar en su totalidad el suministro de gas ruso barato al mercado europeo, en un período de tiempo tan corto.
También enfatizó que Rusia no ejerce chantaje contra nadie en el campo de los recursos energéticos, ni incumple sus obligaciones contractuales internacionales.
Al concluir, el diplomático ruso comentó que las restricciones de la Unión Europea son discriminatorias. “Los europeos pueden importar cereales y fertilizantes potásicos rusos para satisfacer sus propias necesidades, pero está prohibido exportarlos a terceros países. Por lo tanto, es difícil estabilizar la situación alimentaria mundial de acuerdo con tales estándares de doble rasero".