Ministro saudita pronostica años difíciles para Medio Oriente
El ministro de Finanzas de Arabia Saudita, Mohammad Al-Jadaan, señaló que los próximos seis meses serán difíciles a escala mundial, y que el papel del reino es ayudar a la región.
El ministro de Finanzas de Arabia Saudita, Mohammad Al-Jadaan, declaró este miércoles que los próximos seis meses y quizás seis años serán buenos para los estados árabes del Golfo, pero muy difíciles para todo Medio Oriente.
Al intervenir durante la conferencia de la Iniciativa de Inversión Futura en Riad, Al-Jadaan añadió que, ante tal situación, el papel del reino es ayudar a la región.
También señaló que la transición en el campo de la energía para dejar de depender de los combustibles fósiles llevará años, quizá hasta 30.
La víspera inició en Riad la sexta Conferencia de la Iniciativa de Inversión Futura, una estrategia económica para analizar el futuro de la inversión mundial con la participación de cientos de directores generales y líderes del sector.
El tema central de la presente edición es "Invertir en la humanidad: Haciendo posible un nuevo orden mundial".
Durante tres días, la conferencia examinará asuntos apremiantes que presuntamente darán forma al futuro de la economía mundial.
El evento acontece en un momento en que la economía mundial asiste a una desaceleración generalizada, con tasas de inflación superior a los niveles registrados en décadas anteriores.
Las proyecciones para el futuro parecen estar sobrecargadas por la crisis del coste de la vida y las condiciones financieras adversas en la mayoría de los países.
En cuanto a la región de Medio Oriente y el Norte de África, el Banco Mundial prevé que las economías de la región crezcan un 5,5 por ciento en 2022, la tasa más rápida desde 2016.
Sin embargo, el organismo internacional también afirmó que ese crecimiento será desigual en toda la región.
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional explicó que muchos países tratan de superar los efectos de la Covid-19, las presiones causadas por el aumento de los precios del petróleo y los alimentos debido a la guerra en Ucrania, los altos tipos de interés a nivel mundial, así como la desaceleración de las economías de Estados Unidos, China y de la zona euro.