Aoun termina su gestión y Líbano sumergido en crisis multifacética
EL jefe de Estado despidió su mandato con la victoria en el acuerdo de demarcación de la frontera marítima con “Israel”.
Líbano inicia este primer día de noviembre en un vacío de poder, tras la incapacidad del Parlamento para elegir al próximo representante de la comunidad cristiana maronita en ocupar el cargo de presidente de la República.
Sin dudas, uno de los aciertos más trascendentales del mandatario, Michel Aoun, es la victoria en el acuerdo de demarcación de la frontera marítima sur con “Israel”, tras la firma cinco días antes de concluir su gestión.
Con esa alegría, Aoun despidió seis años de una gestión marcada por las manifestaciones populares en 2019, la explosión del Puerto de Beirut en 2020, el colapso económico y bancario y el enfrentamiento a la Covid-19.
Sobre el acuerdo fronterizo con "Tel Aviv", el jefe de Estado saliente aseguró que el Líbano “saldrá de este gran agujero económico en el que se encuentra, después del establecimiento de su espacio en el mar”.
El mandatario consideró que el nuevo gobierno debe nombrar un jefe para el fondo soberano que resguarde el dinero del petróleo y el gas, hacia el desarrollo del país.
Una segunda parte de esas ganancias debe preservarse para las generaciones venideras porque tienen derecho a ello, reflexionó.
El nuevo Ejecutivo que asuma el país tiene como pilares fundamentales la reforma al poder judicial y la seguridad, factores indispensables para combatir la corrupción y alejar el fantasma de la guerra civil.
Esta etapa culminó, “pero la próxima tiene que ser de una lucha y una lucha fuerte, dejo atrás una situación que necesita de lucha y trabajo. Todos ustedes saben cómo es el país, cómo es robado en su tesoro, han robado su banca y los han robado de sus bolsillos”, subrayó el presidente.
Aoun abandonó el Palacio de Baabda sin conocer su reemplazo y a última hora firmó un decreto en el que acepta la renuncia del gobierno interino, limitado de poderes para asumir las responsabilidades ante el vacío presidencial.
Sobre el mandato de Aoun, el escritor y analista político, Faysal Abdel Sater, consideró que “no lo dejaron trabajar”.
El presidente se "cansó de la clase política en el poder y acusó a las instituciones invocadas en este contexto de tener miedo de los que los sobornan y de los que les dan dinero. Si el poder judicial no puede ser íntegro con el orden del país, ¿entonces, de quién depende el país?", cuestionó Abdel.
A la espera de una convocatoria de diálogo, Líbano atravesará otro vacío constitucional tras la ausencia de consenso entre los bloques parlamentarios para designar al nuevo presidente de la República.