Alertan en México malas intenciones de ultraconservadores de EE.UU.
La institución ultraderechista nacida en Estados Unidos en 1974 e impulsada en los últimos años por el expresidente Donald Trump, se reunirá en la capital mexicana los días 18 y 19 con el objetivo de plantarse en este país para extenderse a América Latina, denunciaron especialistas.
La Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) tiene muy malas intenciones para México, alertaron expertos.
La institución ultraderechista nacida en Estados Unidos en 1974 e impulsada en los últimos años por el expresidente Donald Trump, se reunirá en la capital mexicana los días 18 y 19 con el objetivo, entre otros, de plantarse en este país para extenderse a América Latina.
Heidi Beirich, cofundadora del Proyecto Global contra el Odio y el Extremismo, de Estados Unidos; Gisela Zaremberg, investigadora de Flacso México, y Fernanda Díaz de León, de la organización Ipas Lac, advirtieron sobre estos propósitos.
Según las especialistas, al cónclave conservador asistirán Steve Bannon, estratega del expresidente Trump, y Eduardo Bolsonaro, diputado brasileño e hijo del mandatario saliente.
El propósito de la cita es darle voz a un bloque de activistas ultraconservadores mexicanos, entre ellos el activista de derecha católica Eduardo Verástegui y su Movimiento Viva México; los exdiputados del extinto Partido Encuentro Social, Juan Carlos Leal y Elsa Méndez, impulsores del PIN Parental creado en España por VOX, y Juan Iván Peña, de México Republicano, vinculado con el Partido Republicano estadounidense.
De acuerdo con Díaz de León, CPAC espera fomentar su base en México y utilizarla para expandirse en la región.
Para Verástegui, principal promotor de la conferencia, México es una oportunidad única para construir alianzas entre los defensores de la “libertad en el hemisferio” y unirse contra quienes quieren imponer el socialismo.
En ese sentido, las analistas llamaron a no menospreciar a la red de organizaciones ultraderechistas mexicanas participantes en la CPAC, a la que Zaremberg describió como "una incubadora de corrientes de extrema derecha, fascistas, antiderechos, antigénero, antigrupos LGBTI+ y antimigrantes".
En sus últimas reuniones en Estados Unidos, Donald Trump fue un orador consuetudinario de la CPAC como en su tiempo lo fue Ronald Reagan, impulsor del neoliberalismo globalizado junto con la británica Margaret Thatcher.