Fidel Castro y su ideal de integración para América Latina
El líder de la Revolución cubana falleció en La Habana a los 90 años de edad el 25 de noviembre de 2016.
“¿Qué es la historia de Cuba si no la historia de América Latina? ¿Y qué es la historia de América Latina si no la historia de Asia, África y Oceanía? ¿Y qué es la historia de todos estos pueblos si no la historia de la explotación más despiadada y cruel del imperialismo en el mundo entero?”.
Estas palabras conformaron el discurso del entonces joven Fidel Castro en 1962 cuando la revolución apenas nacía y Cuba fue expulsada de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Seguidamente expresó: "En muchos países de América Latina la revolución es hoy inevitable. Ese hecho no lo determina la voluntad de nadie; está determinado por las espantosas condiciones de explotación en que vive el hombre americano, el desarrollo de la conciencia revolucionaria de las masas, la crisis mundial del imperialismo y el movimiento universal de lucha de los pueblos subyugados”.
Sesenta años después estas palabras retumban en los oídos de quienes escuchan nuevamente el discurso y reflejan esa historia de lucha y resistencia compartida por los pueblos de América Latina.
Integración
Para Fidel Castro estaba muy claro el camino a emprender para cambiar el rostro de miseria y despojo de la región. Lograr la unidad y la integración eran fundamentales en su visión estratégica y daban continuidad a los planteamientos de importantes líderes de la independencia como Simón Bolívar y José Martí.
Su tesis sobre la integración de América Latina y el Caribe afirmaba la unión política y económica entre sus naciones en aras de contribuir a buscar su propio desarrollo y evitar la influencia de Estados Unidos en la región.
“Ayer fuimos enorme colonia; podemos ser mañana una gran comunidad de pueblos estrechamente unidos. La naturaleza nos dio riquezas insuperables, y la historia nos dio raíces, idioma, cultura y vínculos comunes como no tiene ninguna otra región de la Tierra", expresó el Comandante en Jefe en una ocasión.
En opinión del presidente del Instituto de Historia de Cuba, Yoel Cordoví Núñez, en Latinoamérica y el Caribe, Fidel Castro Ruz alcanza un relevante lugar por su pensamiento crítico hacia el capitalismo, neoliberalismo y antiimperialismo.
Para este investigador, no hay un político que como Fidel ejemplificara en el siglo XX las bases de un pensamiento emancipador latinoamericano y considera de una importancia vital el legado fidelista cuando en el área se redefinen la ideología de naciones entre el neoliberalismo y el socialismo.
Para Fidel la unidad siempre fue un factor indispensable para alcanzar cualquier victoria: “Estos pueblos de América saben que su fuerza interna está en la unión y que su fuerza continental está también en la unión. Estos pueblos de América saben que si no quieren ser víctimas de nuevo de la tiranía, sino quieren ser víctimas de nuevo de las agresiones, hay que unirse cada vez más, hay que estrechar cada vez más los lazos de pueblo a pueblo".
Bajo estos principios de unidad e integración, Fidel ideó la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), en diciembre de 2004, la cual dio paso a la cumbre fundacional -en Caracas siete años después- de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). A este primero le siguieron en 2005 Petrocaribe, en 2007 la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
Internacionalismo
Otro de los principios de Fidel era "no dar lo que nos sobra sino compartir lo que tenemos". Relevantes son los logros impulsados por el Comandante en Jefe en América Latina con la modesta ayuda de Cuba en los campos de la salud, el deporte y la educación.
El internacionalismo se configuró como una práctica de la política exterior de la Revolución cubana. La ayuda médica de la Isla está en diversas catástrofes naturales como el huracán “Jean”, en Nicaragua, inundaciones en Bolivia, el paso del huracán Mitch por Honduras y Guatemala, el azote de la epidemia de cólera en Perú, entre muchos más.
Otro de los proyectos ideados por Fidel fue la creación en 1999 de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), al permitir a miles de jóvenes humildes de América Latina formarse como profesionales.
Por otra parte, en el año 1999, Haití solicitó a Cuba la colaboración para la alfabetización de sus pobladores. En esa ocasión un total de 150 mil haitianos aprendieron a leer y escribir. Luego, con la creación del método audiovisual "Yo sí puedo" en 2001, millones de personas pudieron alfabetizarse en la región. Gracias a su aplicación países como Venezuela y Bolivia se declararon libres de analfabetismo.
Para Fidel ser internacionalistas "es saldar nuestra propia deuda con la humanidad. Quien no sea capaz de luchar por otros, no será nunca suficientemente capaz de luchar por sí mismo".
Para el politólogo Atilio Borón, sin la Revolución encabezada por Fidel Castro la historia de América Latina y el Caribe habría sido completamente diferente, lo que evidencia el impacto del pensamiento fidelista en la región.
"No habríamos tenido a Lula, Dilma, Chávez, Maduro, Néstor, Cristina, Lugo, Rafael, Evo, “Mel”, Daniel, Sánchez Cerén, Tabaré, al “Pepe”. Y antes que ellos tampoco hubiésemos tenido a Allende, Velasco Alvarado, Juan J. Torres, Goulart, Torrijos, Roldós, en una lista que sería interminable si incluyéramos a los liderazgos populares y revolucionarios que brotaron por toda la región bajo el influjo de la Revolución cubana".