Haití vive una dramática situación política y social
Un diagnóstico reciente de la misión de Cascos Blancos de Argentina identificó a las pandillas como uno de los problemas más serios del país.
Haití vive en una situación política y social dramática marcada por la presencia violenta de las pandillas, el cólera y el hambre.
La falta de acceso al combustible, alimentos, agua potable y atención médica golpean a la población, según explica Sabina Frederic, presidenta de la Misión de la Agencia Argentina de Cooperación Internacional y Asistencia Humanitaria-Cascos Blancos (ACIAH).
Una reciente misión oficial de la ACIAH en Puerto Príncipe, la capital, identificó a las pandillas como uno de los problemas más serios del país.
Entre los meses de septiembre y octubre, bandas criminales bloquearon el puerto y las rutas de acceso a las principales ciudades, interrumpieron la distribución de combustible y paralizaron la nación caribeña hasta el 4 de noviembre, remarca Frederic citada por el diario Página 12.
Cascos Blancos es el organismo de la Cancillería Argentina para al diseño y la ejecución de la asistencia humanitaria, la atención de las emergencias, la gestión integral del riesgo de desastres y la contribución al desarrollo sostenible de la República Argentina a nivel internacional, según explica la página web del ministrio de Exteriores del país sudamericano.
En esta tercera operación de la entidad en Haití identificaron a los bloqueos de las pandillas y el imposible acceso al agua y alimentos como las causas principales del rebrote de cólera, una enfermedad erradicada hace tres años.
Esta situación es peor en los barrios más humildes de Puerto Príncipe y se extiende al resto del país. Durante el asedio la gente no pudo salir ni entrar por ayuda y se quedaron sin agua ni alimentos. Muchos enfermaron y otros murieron de hambre, recuerda Frederic.
Una negociación de la policía haitiana con la banda principal hizo posible distribuir ayuda en Puerto Príncipe, pero todavía no llega a todo el país, añadió.
La expansión de las organizaciones criminales, valoró la experta argentina, creció en el último tiempo y hoy existen unas 200 bandas en alrededor del 60 por ciento del país.
Las fuerzas de seguridad están intimidadas por el poder de estas organizaciones armadas desde Estados Unidos. La policía no tiene suficiente equipamiento, autoridad, ni legitimidad, además, hay corrupción entre las pandillas y las fuerzas del orden.