Crece en EE.UU. ola de rebelión laboral con masivas movilizaciones
La ola de activismo sindical en Estados Unidos es acompañada de la llegada de un presidente que se comprometió a ser el más prosindical en la historia.
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Protesta frente a las oficinas médicas de la Universidad de California, hace unos días en San Francisco. Foto: AP
Huelgas, campañas de sindicalización, movilizaciones y otras acciones colectivas de trabajadores son parte de una ola de actividades de resurrección del movimiento laboral en Estados Unidos, advirtió La Jornada.
Más de mil trabajadores de la redacción del New York Times se preparan para estallar en huelga esta semana, después de hartarse con sus patrones al negociar un nuevo contrato durante 20 meses, mientras mil 500 académicos de tiempo parcial en huelga marchan frente a las puertas de la Universidad New School.
Al otro lado del puerto de Nueva York, en Staten Island, más de ocho mil asalariados buscan firmar su primer contrato colectivo mientras apoyan la sindicalización de sus compañeros en otras partes de la megaempresa.
Las acciones incluyen nuevos esfuerzos para sindicalizar empresas del sector de servicios y nuevas ofensivas para lograr mejores condiciones en contratos colectivos en industrias tradicionales.
El nivel de aprobación del público estadounidense de los sindicatos alcanzó el 71 por ciento, su punto más alto desde 1965, según el sondeo más reciente de Gallup.
Por otro lado, los sindicatos en sectores como los de ferrocarriles, hospitales, aerolíneas, puertos (estibadores) empresas de paquetería, universidades, museos, supermercados y escuelas públicas también están nutriendo la vitalidad de un movimiento laboral.
Este año ocurrieron 630 acciones laborales en 980 ubicaciones del país, informó la Escuela de Relaciones Laborales de la Universidad de Cornell.
Las solicitudes de elecciones para establecer nuevos sindicatos se incrementaron 53 por ciento en el año fiscal de 2022 respecto a 2021, el índice más alto desde 2016, indican datos oficiales.
Para algunos expertos, el nivel de actividad sindical y otras acciones colectivas de organizaciones laborales llegan a un punto no visto desde los años 40.
Entre estas acciones está la actual huelga universitaria más grande en la historia que involucra a 48 mil trabajadores académicos –incluidos estudiantes de posgrado, entre otros– en el sistema de los nueve campus de la Universidad de California.
Por ahora, las autoridades de esa universidad pública buscan dividir a los huelguistas, y para ello ofrecen concesiones y beneficios a algunos y a otros no.
De acuerdo con observadores, esta ola de activismo sindical es acompañada de la llegada de un presidente comprometido a ser el mandatario más prosindical en la historia de Estados Unidos.
Aunque Biden revirtió la agresión oficial contra sindicatos y los derechos laborales, nombró un secretario del Trabajo prosindical y reparó relaciones con sindicatos nacionales durante sus primeros dos años en la Casa Blanca.
También enfureció a algunos de sus aliados al promover una intervención federal para frenar una posible huelga nacional de más de 100 mil trabajadores de ferrocarriles de carga programada para el próximo 9 de diciembre con la justificación de que provocaría un grave daño a la economía nacional.