Alegada injerencia rusa en comicios de EE.UU. en 2016 fue una farsa
La información aparece en The Washington Post años después que este mismo periódico ganara un premio Pulitzer por promover la narrativa de la supuesta "intervención de Moscú", con la que los demócratas intentaron justificar su fracaso electoral.
La alegada injerencia rusa en comicios de EE.UU. en 2016 fue una farsa, según un estudio del Centro de Política y Redes Sociales de Nueva York, publicado en The Washington Post, el mismo medio de comunicación ganador de un premio Pulitzer por promover la narrativa sobre la supuesta "intervención de Moscú".
Luego de seis años de la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, es difícil olvidar el caso conocido como 'Russiagate' en las numerosas publicaciones en los medios y los muchos minutos de emisión en las noticias.
El estudio investigó los límites de las operaciones de influencia rusa en Twitter durante esas elecciones. ¿Cuáles son las conclusiones?
Primero, la exposición a cuentas rusas consideradas como desinformación estuvo fuertemente concentrada. Solo el uno por ciento de los usuarios de la red social estuvo expuesto al 70 por ciento de ese contenido.
La segunda, dicha muestra ocurrió sobre todo en votantes identificados fuertemente como republicanos. Sin embargo, para la mayoría de expertos entonces la interferencia rusa tenía como objetivo cambiar el comportamiento de liberales y demócratas descontentos para votar a un tercer partido, abstenerse o incluso emitir el voto a favor del candidato republicano. Pero la realidad no fue así.
Otra tercera conclusión del estudio, no hubo una relación significativa entre la visualización de tuits o mensajes de cuentas de influencia rusa y el cambio de actitudes, la polarización del país o el comportamiento electoral.
La publicación de este estudio llega unos días después de nuevas filtraciones sobre la red social Twitter y este mismo tema en particular.
Según el periodista Matt Taibbi, uno de los principales mecanismos utilizados por la inteligencia estadounidense para contolar la red social fue el uso del miedo a operaciones de influencia rusa en la red.
Twitter en un inicio aseguró no detectar injerencias de ese tipo y no estar preocupado por ello. Sin embargo, empezó a recibir presiones políticas, reveló.
Por otro lado, la investigación encontró dos cuentas importantes, una de Russia Today, eliminada por Twitter, junto a otra de Sputnik. Pero -conforme a Taibbi- eso no fue suficiente y continuaron con el mismo ciclo de amenazas y titulares aterradores.
Para el reportero, el único camino hacia la redención para las principales organizaciones de medios comienza con una autoauditoría completa del fiasco del 'Russiagate'. Ello implica reconsiderar los premios Pulitzer.
En su opinión, no es un problema de izquierda o derecha, simplemente entendieron esto completamente mal y necesitan reconocerlo.