Occidente impide a Rusia cumplir acuerdo humanitario
Moscú no puede exportar materias primas imprescindibles para naciones pobres, mientras Kiev vende barato su grano a Europa.
El acuerdo internacional sobre el transporte de granos desde puertos del mar Negro no funciona porque Occidente sabotea las condiciones estipuladas entre Naciones Unidas y la Federación Rusa, declaró el Ministerio de Exteriores de ese país.
A través de un comunicado, la cancillería precisó que el gobierno de Kiev impide la reanudación del ducto de amoníaco Togliatti-Odesa por razones políticas y boicotea los acuerdos de Estambul.
Según la diplomacia de Moscú, a Estados Unidos y Europa no les importan las necesidades de los países pobres ni los esfuerzos de la ONU, organización que intentan convertir en herramienta obediente al servicio de sus objetivos políticos.
La declaración denunció la falta de preocupación de Kiev y Occidente ante la ausencia en el mercado de 2,5 millones de toneladas de materias primas para producir unos siete millones de toneladas de fertilizante, destinado al cultivo para alimentar a 200 millones de personas.
Ucrania cumple su parte del acuerdo con la ONU, pero envía cereales a precios reducidos sobre todo a la Unión Europea y países de renta alta. Las naciones desfavorecidas en África, hoy al borde de la hambruna, reciben menos del tres por ciento, puntualizó el texto.
El ministerio rechazó las acusaciones de Occidente a Rusia de usar el hambre como arma cuando son ellos quienes obstruyen las exportaciones agrícolas de la nación euroasiática y "entierran sin escrúpulos el paquete humanitario del secretario general de la ONU".
El pacto del transporte de granos fue prorrogado el pasado 19 de noviembre por otros 120 días. Antes Moscú denunció el incumplimiento de parte de los compromisos asumidos por la ONU, como la exportación de productos agrícolas y fertilizantes rusos.
También suspendió su participación en el transporte de granos desde puertos ucranianos tras un ataque lanzado por Kiev contra sus buques militares y civiles en la bahía de Sebastopol, en Crimea, y luego la reanudó gracias a una intervención de la diplomacia turca.