Crece repudio popular a las reformas de jubilación en Francia
Las manifestaciones contra las maniobras del presidente Enmanuel Macron y la premier Elisabeth Borne se multiplicaron este lunes en varias ciudades, con respuestas violentas de la policía.
Las manifestaciones en Francia contra la decisión de Emmanuel Macron de forzar la reforma pensionaria llegó al climax este lunes con numerosos enfrentamientos entre la ciudadanía y las fuerzas policiales.
El uso del polémico artículo 49,3 de la Constitución de la República para imponer la impopular enmienda desató la indignación de decenas de miles de franceses en varias ciudades y poblados.
En París, la policía lanzó gases lacrimógenos y usó escudos antidisturbios contra los manifestantes, cuya violencia también crece, a nueve días de comenzar las marchas.
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Varias agencias de prensa reportaron más de un centenar de detenidos desde el pasado viernes, y aún así se multiplica la convocatoria a mantener los paros y protestas el tiempo necesario.
Además de la capital, Nantes, Marsella y Besanzón fueron escenarios de intensas protestas contra una acción gubernamental calificada de ilegítima, aunque fallaron hasta ahora las dos mociones presentadas en su contra en la Asamblea Nacional.
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Según la agencia Prensa Latina, el diputado y secretario nacional del Partido Comunista Francés, Fabien Roussel, aseguró la continuidad del enfrentamiento por la vía constitucional y con apoyo de los sindicatos en toda la nación.
Las calles son nuestras, gritaron ciudadanos iracundos mientras colmaban el camino entre la Plaza de Italia y la planta de incineración de basura más grande de la capital, luego de ser expulsados de los Campos Elíseos y la Plaza de la Concordia.
Otro fenómeno alarmante es la cantidad de desechos acumulados en la vía pública, puesto que los trabajadores sanitarios parisinos también permanecen en huelga.
Ante el temor de ver rechazado su proyecto en el parlamento, el presidente y la premier tomaron la delantera el pasado jueves, a despecho del repudio popular patente en las calles desde el pasado 10 de enero, cuando se hicieron públicas sus pretensiones.
La primera ministra del Gobierno francés, Elisabeth Borne, apeló al repudiado artículo 49,3 para saltarse el voto parlamentario sobre la reforma, cuyo fin principal es elevar a 64 años la edad de jubilación.
Los partidos opositores presentaron una moción de censura conjunta contra la maniobra de Borne, quien ha empleado ese atajo legal por séptima vez en su mandato, las anteriores para cuestiones presupuestarias.
Analistas de prensa consideran estas manifestaciones como el mayor reto para el Ejecutivo de Macron desde la crisis de los chalecos amarillos, hace más de cuatro años.