Después de once días, los enfrentamientos en Sudán dejaron 512 personas muertas y cuatro mil 193 heridas, según informó el Ministerio de Salud de esa nación africana.

En tanto, el Sindicato de Médicos denunció bombardeos a 14 hospitales en las últimas jornadas, lo cual provocó salieran de servicio el 72 por ciento de las instituciones de salud.

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Igualmente, prosigue el intercambio de acusaciones entre el Ejército sudanés, liderado por Abdel Fattah Al-Burhan, y las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), dirigidas por Muhammad Hamdan Dagalo.

El Comando de las FAR culpó a su oponente de atacar con artillería y aviones de combate sus posiciones en el Palacio Republicano en la capital, Khartum y otros sitios, a pesar la tregua pactada.

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El grupo paramilitar calificó esas acciones como un "comportamiento cobarde" y pidieron a la comunidad internacional asumir sus responsabilidades frente a las violaciones continuas de los términos del alto al fuego.

Igualmente, el Ministerio del Interior sudanés acusó a las FAR de irrumpir en cinco prisiones entre el 21 y 24 de abril para liberar a todos los reclusos.

Por su parte, el ejército sudanés atribuyó a los rebeldes la violación de la tregua declarada, tras un bombardeo a zonas aledañas a su Comandancia General en la capital sudanesa, además de posiciones estratégicas en localidades al sur de Omdurman y en Karthum.

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En tanto, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania también instó al cese de las beligerancias de manera permanente pues es necesario evitar una escalada de violencia en el país.