Lo que el mundo debe saber sobre Sudán
Para entender la violencia en Karthum se debe comprender la política exterior europea, considera el sitio web The Nation.
A pesar de su tendencia a escapar del foco de atención de los medios internacionales, Sudán ocupa un lugar central en la historia contemporánea europea.
El derrocado expresidente sudanés, Omar Al-Bashir, creó las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), pero el grupo debe su supervivencia al apoyo tácito de los gobiernos de Europa y su deseo de detener el flujo de refugiados y migrantes de Eritrea, Somalia y del propio país, recordó el sitio web The Nation.
En 2015, los eritreos fueron el grupo individual más grande por nacionalidad que intentó cruzar el Mediterráneo hacia el Viejo Continente.
En el mismo año, Al-Bashir desplegó las FAR para resguardar las fronteras sudanesas, particularmente en el cruce de Kassala con Eritrea.
La Unión Europea otorgó a Bashir y al régimen militar 200 millones de dólares en 2008 para resguardar las fronteras y detener la migración ilegal.
Esa realidad representa otro ejemplo del comportamiento inmoral de Europa hacia los refugiados y los inmigrantes, consideró The Nation.
La actual crisis en ese país muestra la peor consecuencia del pacto neoliberal con líderes autoritarios que ignoran la realidad global y ofrecen una ilusión de estabilidad.
De acuerdo con la pulicación, los medios de comunicación globales se encogen de hombros ante la codicia y la expansión agresiva del capital extranjero como explicación a la desintegración de la política interna.
¿Quién es Omar al-Bashir?
Omar Al-Bashir llegó al poder tras un golpe de estado en 1989 y se autoproclamó presidente en 1993.
También ocupó los puestos de primer ministro, titular de Defensa y comandante de las Fuerzas Armadas Reformadas.
Bashir se movió rápidamente para reforzar su control del poder y ejecutó a oficiales, prohibió los partidos de oposición y cerró los periódicos independientes.
El exlíder apoyó abiertamente una interpretación militante del Islam e invitó a la cabeza principal del grupo terrorista Al Qaeda, Osama bin Laden, a abrir un campo de entrenamiento en el país a principios de la década de 1990, pero la presión internacional lo obligó a expulsarlo en 1996.
En 2003, Bashir fue acusado de genocidio y crímenes de lesa humanidad en Darfur, pues su gobierno permitió a la milicia Janjaweed atacar a la población no árabe de la región.
Los Janjaweed serían más tarde las fuerzas paramilitares de las FAR, uno de los bandos que hoy protagonizan los cruentos enfrentamientos en la nación sudanesa.