Citgo, el mayor robo de EE.UU. a Venezuela
Luego de varios años de batallas legales y casi llevar a la quiebra a esa empresa venezolana, Washington la entregó al grupo opositor Plataforma Unitaria.
El pasado 1 de mayo, el presidente Nicolás Maduro repudió la decisión del Gobierno de Estados Unidos de entregar la empresa venezolana de petróleo, Citgo a un sector de la oposición, lo cual calificó como un robo descarado.
Luego de varios años de batallas legales y casi llevar a la quiebra esa empresa de capital venezolano, Washington la adjudicó al grupo opositor Plataforma Unitaria, en una resolución indigna, como claro mensaje directo de entreguismo.
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La decisión es una burla y una bofetada a la Conferencia Internacional sobre Venezuela, realizada en Bogotá una semana antes, y a la petición casi unánime de levantar las sanciones sobre la República Bolivariana, enfatizó.
Citgo es de Venezuela y de todos los venezolanos
Los orígenes de esta empresa en EE.UU. datan de principios del siglo XX, cuando funcionaba bajo el nombre de Cities Service. En 1965 pasó a usar el nombre comercial Citgo.
En 1986, la mitad de las acciones de Citgo fueron adquiridas por PDVSA. En 1990 la estatal venezolana pasó a ser la única propietaria de la compañía, y desde entonces es su principal activo fuera del territorio nacional.
A principios de los años 90, Citgo extendió su red de refinación al comprar la refinería Savannah, en Georgia (sureste), y el 50 por ciento de la refinería Lyondell, con sede en Houston, Texas (sur), entre otras adquisiciones. Para entonces sus plantas refinaban hasta 1,25 millones de barriles diarios de petróleo.
La empresa atravesó una serie de vicisitudes a principios de este siglo. El comandante Hugo Chávez anunció en 2010 la venta de algunos activos de Citgo debido a las pérdidas acumuladas desde 2006.
Por esa razón vendieron algunas refinerías, oleoductos y estaciones de servicio, pero la firma siguió en manos venezolanas.
Durante el gobierno del presidente Nicolás Maduro, las constantes persecuciones internacionales y medidas coercitivas unilaterales, aunadas a circunstancias internas, derivaron en una crisis económica que también impactó en la empresa.
En 2018, el juez norteamericano Leonard Stark contribuyó a la persecución contra el país sudamericano al fallar a favor de la empresa canadiense Crystallex en una demanda para revocar a Venezuela los derechos de explotación minera en su territorio.
La sentencia autorizaba la venta de acciones de Citgo para pagar la deuda con la compañía canadiense.
El momento más crítico llegaría en 2019, cuando el opositor Juan Guaidó, protegido de Washington, asumió la gestión de esa empresa y la de otros activos en el exterior.
Ese mismo año, el Gobierno de Caracas intentó recuperar el control de la compañía y llevó el caso a la Corte de Delaware, pero la justicia estadounidense respaldó a su representante, Juan Guaidó, quien se apropió ilegalmente de los bienes de la nación y los usufructuó para uso personal y de su camarilla.
En la actualidad, Citgo refina, comercializa y transporta combustibles y productos industriales a base de petróleo.
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La compañía posee además tres refinerías de crudo altamente complejas, ubicadas en los estados de Louisiana, Illinois y Texas, con capacidad productiva de 425 mil, 167 mil y 157 mil barriles diarios cada una.
El valor de la empresa fue estimado en más de ocho mil millones de dólares, y cuenta con más de 10 mil bombas de gasolinas en EE.UU., detalló Maduro en su denuncia.
Condenar esta acción repudiable contra el pueblo y la soberanía de Venezuela es una batalla por la verdad, afirmó. Bajo la protección de Washington, la llamada oposición venezolana es cómplice del saqueo y del robo contra las propiedades de su país, acotó el mandatario.