Siria jamás reanudará sus vínculos con un país ocupante de su territorio, como es el caso de Turquía, expresó el ministro de Asuntos Exteriores, Faisal Al-Miqdad. 

En su opinión, la normalización de vínculos puede concretarse solo después de la salida completa de las fuerzas turcas ya sea de la provincia septentrional de Idleb, en el noroeste del país, o de las zonas fronterizas.

También agradeció a Irán y Rusia por sus esfuerzos para que Damasco y Ankara debatan cuestiones políticas, militares y de seguridad.

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El titular rechazó cualquier justificación para esta presencia ilegal y dijo que cuando cualquier parte quiere defender su tierra y soberanía, debe hacerlo mediante medidas dentro de sus fronteras y no dentro de las tierras de otros países.

De igual manera, exigió la salida incondicional de las fuerzas estadounidenses del nordeste de Siria y denunció el saqueo de las riquezas naturales del país.

Los ministros de Exteriores de Siria y Turquía sostuvieron un encuentro bilateral en mayo último en Moscú, la capital rusa, el primero sostenido desde la ruptura de relaciones en 2011.

Según el jefe de la diplomacia siria, Damasco está abierto al diálogo y lo considera como la mejor manera para solucionar los problemas, siempre y cuando tenga como base el respeto mutuo a la soberanía, independencia, unidad e integridad territorial del Estado, y la no injerencia en sus asuntos internos.

Turquía mantiene en Siria más de 100 bases y puntos de observación en las zonas ocupadas por formaciones extremistas e ilegales en las provincias de Hama, Idleb, Latakia, Alepo, Raqqa y Hasakeh.