Un convoy cargado de alimentos fue interceptado y saqueado en áreas cercanas al complejo de Naciones Unidas en Bor, en el estado sursudanés de Jonglei, informaron medios locales.

Los camiones trasladaban unas 100 toneladas de ayuda humanitaria del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las cuales extrajeron casi siete en dicho ataque.

Peter Van der Auweraert, coordinador humanitario interino en Sudán del Sur, condenó el ataque e instó a los trabajadores humanitarios a redoblar la seguridad para hacer llegar suministros vitales a quienes lo necesitan.

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Según la representante del PMA, Mary-Ellen McGroarty, son muchos los ataques contra sus caravanas, y por tanto, las operaciones serán interrumpidas en Bor hasta tanto no haya garantía de seguridad del personal, lo cual repercutirá en más de un millón de personas, en su mayoría mujeres y niños.

Desde hace varios meses ocurren ataques contra los equipos de trabajo y los bienes humanitarios por la violencia entre distintas comunidades de Sudán del Sur, sobre todo en zonas fronterizas con su vecino Sudán.

La guerra en Sudán, iniciada el pasado 15 de abril, obligó a miles de personas a huir de sus hogares, por lo que cientos de miles ya cruzaron la frontera hacia Sudán del Sur y están en una situación crítica.