Argentina mide sus retos, a 20 años del mandato de Kirchner
En acto popular, la vicepresidenta Cristina Fernández, viuda de Néstor Kirchner, recordó los obstáculos neoliberales vencidos por la gestión presidencial de su esposo.
La vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández, celebró los 20 años de la juramentación presidencial de su esposo, Néstor Kirchner, en un acto multitudinario en la Plaza de Mayo de Buenos Aires.
Como recordó este jueves bajo una lluvia pertinaz, Kirchner asumió la jefatura de un Estado endeudado, privatizado, con jubilaciones irrisorias y un cúmulo de otros problemas económicos y sociales convertidos en negocios millonarios por algunas empresas sin escrúpulos.
En estas dos décadas, los Gobiernos del kirchnerismo pagaron la gigantesca deuda dejada por los presidentes neoliberales, recordó Fernández.
Rememoró asimismo cómo el gabinete de su ya fallecido compañero de vida y lucha recuperó el timón de la economía, enrumbó la industrialización, promovió la repatriación de científicos e investigadores y creó una red social de inclusión para una sociedad devastada por la desocupación y la exclusión.
En los inicios de la gestión de Kirchner, detalló la exmandataria, el producto interno bruto (PIB) era de 164 mil millones de dólares. Unos 12 años después superaba los 647 mil millones.
En ese tiempo, además, el país pagó cien mil millones de la deuda recibida, sin incrementarla.
Fernández culpó al modelo neoliberal de los males sociales heredados hasta la actualidad, y convocó a los argentinos a dar un salto cualitativo y generar alianzas entre lo público y lo privado, para hallar soluciones propias a la crisis, sin aferrarse a doctrinas impuestas por otros gobiernos o instituciones internacionales.
El préstamo del FMI fue un paso político, y política debe ser la solución. Pero para lograrlo hace falta unidad social en torno al tema, subrayó.
El actual Gobierno es mucho mejor que cualquier mandato de Mauricio Macri, opinó la también senadora, y conminó a poner "carita fea" a quienes, tienen mucho, para distribuir mejor el ingreso de la nación.
Entre las proyecciones necesarias, sugirió repensar el sistema institucional de la nación, y en particular la Corte Suprema, con su carácter monárquico e individuos portadores de derechos de por vida y libres de rendir cuentas.
La campaña hostil en su contra, con persecuciones, proscripción e intento de asesinato, fue porque ella jamás sería de ese bando de explotadores. Su respuesta, "Soy del pueblo y de allí no me muevo", fue recibida con una ovación.