Las autoridades de Kenia hallaron otros 15 cadáveres de presuntos miembros de una secta cristiana obligados a ayunar hasta morir.

Con este nuevo descubrimiento, la cifra de muertos ascendió a 318, pero 613 personas aún están desaparecidas, informó la policía local a cargo de las investigaciones.

Shakahola massacre: 15 more bodies exhumed from forest, pushing deathtoll to 318, arrests and rescues still at 36 and 95 respectively. pic.twitter.com/lG2re0J2xv

— KTN News (@KTNNewsKE) June 14, 2023

Por otro lado, un nuevo sospechoso resultó detenido, lo cual eleva a 36 los arrestados por la masacre.

Asimismo, comparecieron ante el tribunal de Shanzu, en la ciudad costera de Mombasa, el líder de la Iglesia Internacional de la Buena Nueva, Paul Mackenzie, quien, junto con su mujer y otros sospechosos incitaban a sus adeptos a privarse de comida para "encontrar a Jesús".

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Las autopsias de más de un centenar de cuerpos evidencian signos de inanición, pero los cadáveres de al menos tres menores y un adulto presentan muestras de estrangulación y asfixia.

Esas evidencias hacen prever a los investigadores que los fieles eran forzados a seguir con el ayuno aunque quisieran abandonarlo.

Casi todos los muertos de la llamada Masacre de Shakahola se exhumaron de tumbas y fosas comunes halladas en el bosque de ese nombre, a excepción de unos pocos fallecidos en el hospital debido a su estado grave.

Mackenzie es un taxista devenido en líder religioso. En 2003 fundó la iglesia y en varias ocasiones lo arrestaron por predicaciones extremas y cultos apocalípticos.

A comienzos de año estuvo detenido por promover la no escolarización de los niños pues, a su juicio, la Biblia no reconoce la educación.