Llega a su fin la ayuda federal por desempleo, un salvavidas para millones de personas en EEUU
Se calcula que 7,5 millones de personas perderán sus prestaciones cuando finalicen los programas de desempleo de emergencia financiados por el gobierno federal, mientras otros millones verán sus cheques recortados en 300 dólares semanales.
La ayuda federal al desempleo, un salvavidas para millones de personas en Estados Unidos, llega a su fin y esa abrupta pérdida de las prestaciones a gran escala a causa de la pandemia de la Covid-19 podría tener efectos a largo plazo no solo para los beneficiarios sino también para la economía, comentó un artículo publicado en el diario The New York Times (TNYT).
Esa ayuda -señaló el diario- buscó evitar la ruina financiera de millones de trabajadores despedidos durante el último año y medio, pero después de esta semana, ese salvavidas se romperá.
Se calcula que 7,5 millones de personas perderán sus prestaciones cuando finalicen los programas de desempleo de emergencia financiados por el gobierno federal, mientras otros millones verán sus cheques recortados en 300 dólares semanales.
El recorte es el último y posiblemente el mayor de los "precipicios" de prestaciones a los que se han enfrentado los trabajadores sin empleo durante la pandemia.
El verano pasado, el gobierno puso fin a un suplemento semanal de 600 dólares que los trabajadores recibían al principio de la crisis, pero otros programas se mantuvieron.
En diciembre, las prestaciones se interrumpieron brevemente para millones de trabajadores, pero el Congreso las restableció, recordó el Times.
Esta vez, no parece probable un rescate similar. El presidente Joe Biden animó a los estados con altas tasas de desempleo a utilizar los fondos federales existentes para ampliar las prestaciones, pero parece que pocos lo harán.
Y los funcionarios de la administración han dicho en repetidas ocasiones que no buscarán una ampliación de las prestaciones por parte del Congreso.
La política de este precipicio es diferente en parte porque afecta principalmente a los estados de tendencia demócrata, pues aproximadamente la mitad de los estados, casi todos ellos con gobernadores republicanos, ya han puesto fin a una parte o a la totalidad de las prestaciones federales con el argumento de que estaban provocando un rechazo a la vuelta al trabajo.
En los estados que mantuvieron las prestaciones, el recorte supondrá la pérdida de miles de millones de dólares semanales en ayudas cuando la pandemia resurge y la recuperación económica muestra signos de fragilidad.
Mientras para los trabajadores y sus familias, significará la pérdida de su única fuente de ingresos, ya que otros programas contra la pandemia, como la moratoria federal para los desahucios, están terminando.
Incluso según las previsiones más optimistas, harán falta meses para que todos los que pierdan la ayuda encuentren un empleo, con consecuencias potencialmente a largo plazo tanto para los trabajadores como para la economía.
Este fin de semana terminaton tres programas federales. Uno de ellos, que amplió las prestaciones regulares más allá de las 26 semanas ofrecidas en la mayoría de los estados, cubre a unos 3,3 millones de personas, según la Century Foundation.
Un segundo programa, Asistencia al Desempleo por Pandemia, cubre a 4,2 millones de trabajadores por cuenta ajena, autónomos y otros que no cumplen los requisitos para recibir las prestaciones normales. Casi tres millones de personas más perderán un suplemento federal de 300 dólares semanales a otras prestaciones por desempleo.
Cuando el Congreso renovó por última vez los programas en marzo, como parte del Plan de Rescate Americano de Biden, los responsables políticos esperaban que septiembre representara una vuelta a la normalidad para la economía.
Si la mayoría de los estadounidenses estaban vacunados y la pandemia estaba bajo control, entonces las escuelas y las oficinas podrían reabrir y la gente podría volver al trabajo.
Pero el aumento de la variante Delta complicó ese panorama. Los principales empleadores de todo el país han aplazado sus planes de vuelta a la oficina. El turismo internacional sigue en gran parte cerrado, y los restaurantes, que estuvieron repletos durante gran parte del verano, están viendo cómo se reducen las reservas, subrayó el artículo.
Aun así, décadas de investigación económica han demostrado que las prestaciones por desempleo desincentivan, al menos un poco, la búsqueda de trabajo, apuntó el diario.
Cuando la economía es débil, esta consecuencia negativa se ve compensada por el impacto positivo que las prestaciones tienen en los trabajadores, pero muchos economistas sostienen que tiene sentido reducirlas cuando la economía mejora.
Sin embargo -concluyó el TNYT-, cortar las prestaciones a millones de personas de golpe es otra cosa.