Bob Gibson: Nada cambió en décadas respecto al racismo en EE.UU.
El legendario lanzador de los Cardenales de San Luis en el béisbol de Grandes Ligas Bob Gibson aseguró hoy que nada cambió en las últimas décadas en torno al racismo en Estados Unidos.
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Bob Gibson: Nada cambió en décadas respecto al racismo en EE.UU.
Nada cambió (con el racismo), punto, expresó el otrora líder del staff de los pájaros rojos, en entrevista con el sitio oficial de MLB.
Integrante del Salón de la Fama de Cooperstown y uno de los serpentineros más dominantes de la historia de la gran carpa, Gibson lamentó lo ocurrido con George Floyd, asesinado el pasado 25 de mayo a manos de un policía en Minneapolis, hecho que desató una ola de protestas contra el racismo y la brutalidad policial en todo el país.
Al ser preguntado sobre si la Unión podrá salir adelante explicó que 'siempre es posible, pero no estoy seguro de ello. Después de 1968, y lo que sucedió ese año -los asesinatos de Robert F. Kennedy y Martin Luther King-, yo también deseaba en aquel entonces que fuésemos un mejor país. Pensé que las cosas serían diferentes. Y no fue así'.
Pero ahora eso no significa que no haya cosas que me den esperanza, especialmente en nuestro juego. No sólo veo a peloteros de raza negra levantando la voz, de la manera en que siempre lo han hecho. Veo algo más profundo. Veo a jugadores blancos escuchando más de lo que antes lo hacían, enfatizó.
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Bob Gibson: Nada cambió en décadas respecto al racismo en EE.UU.
Gibson remarcó que el deporte pues ser un vehículo para el entendimiento, para el diálogo entre blancos y negros.
Durante el diálogo, recordó que en 1969 rechazó una invitación a la Casa Blanca, por aquel entonces liderada por Richard Nixon, con motivo de un Juego de las Estrellas, porque 'no podía dejar que me utilizaran de esa manera'.
Ese mismo día conoció al mítico Jackie Robinson, el primer jugador afroamericano en llegar a las Grandes Ligas, quien también prefirió quedarse fuera de la recepción, pese a ser invitado especial.
Charlamos por una hora esa noche, sólo él y yo. Disfruté la charla. Él también la disfrutó. Descubrí esa noche que nuestras maneras de pensar eran las mismas. Su voz era la mía, exaltó.
Para finalizar, Gibson expresó que 'uno de estos días, la gente en este país va a dejar de tenerle miedo a lo que no conoce. Ese día aún no ha llegado. Y eso no sólo me enfurece, también me pone triste'.
Gibson, uno de los más grandes íconos de los Cardenales de San Luis y de todo el béisbol en todos los tiempos, actualmente padece cáncer de páncreas y lucha cada día por su vida.
A los 84 años, puede presumir de tener su placa en Cooperstown desde 1981, en su primera elegibilidad. Desde 1975, los Cardenales retiraron su número 45 como muestra de orgullo y reconocimiento hacia su gran estrella del montículo.
Gibson ganó las Series Mundiales de 1964 y 1967 (en ambos casos resultó el pelotero más destacado), fue invitado a nueve Juegos de las Estrellas, ganó el premio Jugador Más Valioso en 1968 cuando lanzó para 1.12 de efectividad y se llevó 22 victorias -con 13 lechadas-, y obtuvo dos Cy Young al mejor lanzador de la Liga Nacional.
En el primer partido de la Serie Mundial de 1968 contra Detroit propinó 17 ponches, récord que se mantiene hasta nuestros días en esa etapa de la postemporada.
En total, ganó 251 juegos en las Grandes Ligas, repartió tres mil 117 ponches y registró 2.91 de promedio de carreras limpias en 17 temporadas, todas con su equipo del alma, los Cardenales.