Guanyu Zhou forma parte de la cantera de Alpine, ha participado en múltiples test con Renault y más recientemente completó un entrenamiento libre con el A521 durante el GP de Austria. Compite en la F2, marcha segundo en el campeonato con tres victorias parciales (y seis carreras por delante) y este año ganó también la F3 Asia.

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Sin conocerse la cifra real, fuentes del paddock estiman que un asiento en Sauber puede costar alrededor de 20 millones de euros por temporada (Mazepin pagó 30 por dos campañas en Haas). La oportunidad mediática, en cualquier caso, es enorme: la F1 no celebra un gran premio en China desde 2004, pero ahora tendrá a un piloto que multiplique el seguimiento del campeonato en el país más poblado del planeta.

A Giovinazzi le comunicaron la semana pasada que no seguiría. No fue un secreto muy bien guardado: en varios concesionarios de la marca italiana en China hace días que figura el nombre de Zhou como futuro piloto de la escudería en el Mundial de F1. El italiano se queda fuera del Gran Circo como titular después de tres campañas completas, ocho carreras en los puntos y un quinto puesto como mejor resultado (Brasil 2019).

Alfa Romeo hace borrón y cuenta nueva en su garaje: también se marcha Kimi Raikkonen y llega Valtteri Bottas procedente de Mercedes. Con Zhou se cierra la parrilla de la próxima temporada sin muchos sobresaltos, porque la mayoría de pilotos tenían contratos vigentes. Entre las novedades: George Russell irá a Mercedes en lugar del finlandés y Alex Albon entrará en Williams para suplir al británico. Si bien los cambios más relevantes no serán los nombres, sino los monoplazas: con un nuevo reglamento aerodinámico, los F1 serán muy diferentes.

Así queda la parrilla de la F1 en 2022