Opciones de medalla de España en los Juegos Olímpicos de Invierno
Queralt Castellet y Lucas Eguibar, ambos compiten el día 10 de febrero en snowboard halfpipe y cross, respectivamente.
Catorce deportistas españoles compiten en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022, pero en las quinielas de medalla hay dos nombres: los 'rider' Queralt Castellet (halfpipe) y Lucas Eguibar (snowboardcross). Y ambos compiten el día 10 de febrero en busca de su primera medalla olímpica.
Queralt Castellet, que ya fue abanderada española en los Juegos Olímpicos de Vancouver y ha repetido en Pekín junto a Ander Mirambell, disputa los quintos Juegos de su carrera. Llega a ellos tras hacer pleno de podios esta temporada y plena de confianza. El último, tras la plata en los X-Games de Aspen (Colorado, EE.UU.), que se suma a los dos bronces en las Copas del Mundo de Copper Mountain y Laax Open y la plata en el SuperPipe del Dew Tour. En Campeonatos del Mundo FIS de halfpipe cuenta con la plata de 2015 en Kreischberg y el bronce en Aspen 2021.
Castellet se subió por primera vez a una tabla de snowboard a los seis años. A los 17 esa tabla ya le había llevado a los Juegos Olímpicos -una lesión la apartó de la gimnasia, en la que llegó a ser campeona de España-. A partir de allí comenzó una difícil relación con los Juegos y el deporte, dentro de una trayectoria vital en la que tampoco ha tenido las cosas demasiado sencillas.
A los 19 años se instaló en Nueva Zelanda, después en Laax (Suiza), para estar más cerca del halfpipe más largo del mundo, donde entrenaba para planchar a la perfección trucos cada vez más complejos. Pero, poco después, todo estuvo a punto de venirse abajo cuando su pareja y entrenador, Ben Jolly, falleció a causa de un cáncer. Queralt se planteó abandonar pero, poco a poco, inició un trabajoso proceso de reconstrucción personal y deportiva que la ha llevado a estar en su mejor momento.
En los Juegos de Turín 2006, la catalana pagó el lógico peaje de su juventud. En Vancouver 2010 contaba entra las favoritas, pero una caída en los entrenamientos previos a la final de halfpipe -para la que se había clasificado con el tercer mejor tiempo- le obligó a pasar por el obligado control médico, que no olvidemos que el snowboard acrobático es deporte de riesgo, y perderse las bajadas decisivas. En Sochi 2014 fue undécima y de Pyeongchang 2018 volvió con un diploma olímpico por su séptima plaza.