La ciencia se prepara para el radiotelescopio más grande del mundo
Astrónomos simulan los procesos físicos de las galaxias en el “Mediodía Cósmico”.
Un equipo internacional de investigadores demostró la capacidad de la Red de un Kilómetro Cuadrado (SKA, por sus siglas en inglés) para detectar la emisión en ondas radio de las galaxias espirales en el universo temprano.
Los astrónomos que pertenecen al grupo de trabajo científico de SKA “Continuo Extragaláctico” buscan la manera de probar una época en la que la actividad de formación estelar cayó de forma abrupta, después de la etapa conocida como el “Mediodía Cósmico”.
Durante la evolución, las galaxias experimentaron un declive abrupto en su actividad de formación de estrellas luego de un período mucho más activo, hace unos 10 mil millones de años, llamado el “Mediodía Cósmico”.
La transición de una época dorada de formación estelar a un ritmo reducido de nacimiento de estrellas todavía no se entiende bien. Una disminución en la cantidad de gas frío dentro de las galaxias, que se usa como combustible de la formación estelar, se considera, a menudo, la razón principal de este descenso en la formación de estrellas.
Sin embargo, las observaciones muestran que muchas galaxias todavía poseían reservas de gas suficientemente grandes para permitir la formación de estrellas.
“Otra posibilidad es que la presión del campo magnético, las partículas de altas energías y la turbulencia estabilizaron cada vez más el gas frío en las galaxias”, explica Fatemeh Tabatabaei, anteriormente investigadora en el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y, ahora, miembro del Instituto de Investigación en Ciencias Fundamentales (IPM) en Teherán, Irán.
Según esta especialista, las observaciones de la emisión continua en radio son un método para trazar los procesos energéticos en las galaxias. Esa emisión surge, principalmente, de la interacción de las partículas de altas energías con los campos magnéticos.
El Observatorio de la Red de un Kilómetro Cuadrado (SKAO, por sus siglas en inglés) cuya construcción empezó este año, pronto será el radiotelescopio más grande del mundo. Gracias a su sensibilidad y velocidad de cartografiado, se espera que arroje luz sobre la estructura en el universo temprano y la formación de las primeras estrellas.