¿Quién pagará por la destrucción del patrimonio de Yemen?
La nación atesora un patrimonio único por su historia milenaria, con monumentos distinguidos por la Unesco.
Durante los últimos años las milicias respaldadas por Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos convocaron en Yemen a una guerra con una gran perdedora: la cultura universal.
El país ubicado en el Golfo de Adén atesora un patrimonio único por su historia milenaria, con monumentos distinguidos por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
En este territorio sobresalen las ciudades de Shibam, Saná y la histórica urbe de Zabid, además del archipiélago de Socotra y la presa de Marib.
Saná anhelada
Antes del 2014 Saná era una bella ciudad de Yemen; de hecho, para muchas personas no había en la Tierra un lugar más distinguido.
Edificado al pie de las montañas de Djebel Nogoum y Djebel Ayban, sus torres de múltiples pisos parecían guiar un sueño: los rascacielos sostenibles se adaptaban perfectamente al clima seco del desierto árabe.
Después, los ataques de la coalición saudita atentaron contra miles de viviendas y destruyeron más de 58 mezquitas.
Entre ellas, Hamra Alab databa del siglo II después de Cristo y abarcaba la tumba del Imam Abd al-Rahman bin Hammam al-Sana'ani.
El pico de montaña más alto de la Península Arábiga y esa edificación eran famosas por las tallas de madera en su techo.
Marib histórico
Otro territorio afectado por la guerra es Marib, que fue capital del estado de Sabaean durante el 1200 antes de Cristo y el 275 después de nuestra era.
Con una extensión de 98 hectáreas, esta urbe devino la más grande del sur de Arabia y uno de los sitios más importantes de la región.
Entre sus locales, contiene la Mezquita del Profeta Suleiman, el Templo de Bran, el cementerio de Awwam y Wadi Ghfinah.
Sus maravillas de la ingeniería, las presas de Al-Mabna y de Marib, mostraron la capacidad de los sabeos para limitar el agua y beneficiarse de las lluvias.
El 31 de mayo de 2015, los atentados aéreos de las fuerzas extranjeras provocaron la destrucción de alrededor del 70 por ciento de la represa de Marib.
Dos semanas después, el 13 de junio, apuntaron contra el Castillo Harib en Beihan Marib, y destruyeron también gran parte de ese sitio.
Efectos de la guerra
Además del conflicto bélico, individuos y pandillas dentro y fuera del país aprovecharon la situación para destruir, saquear y robar las reliquias.
Las autoridades cuentan las piezas perdidas en miles, y muchas forman parte de subastas en el mercado negro.
En varias ocasiones, el Gobierno hizo un llamado a las naciones europeas para impedir las ventas ilegales de antigüedades en sus territorios.
Desde 2014 Yemen vive guerra entre los rebeldes hutíes y las fuerzas leales al entonces presidente Abd Rabbuh Mansur al Hadi.
Un año después, la coalición de fuerzas liderada por respaldadas por Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos intervino militarmente en el territorio.