Armas de Suecia provocaron una revolución militar marítima en siglo XV
Su colapso ocurrió a menos de diez metros de profundidad y muchos de los restos del naufragio estuvieron accesibles durante décadas.
El incendio estalló en cuestión de minutos. En el mismo momento en el que los marines del barco Gribshunden intentaban apagar los brasas, el navío se hundió.
Dicen los arqueólogos que eso tuvo lugar en el buque insignia de la flota del rey danés Hans I, un auténtico “castillo flotante” que acabó en 1495 cerca de la isla de Stora Ekön, un el archipiélago de Blekinge, al sur de Suecia.
Su colapso ocurrió a menos de diez metros de profundidad y muchos de los restos del naufragio estuvieron accesibles durante décadas.
Los trabajos de investigación en el pecio comenzaron tras su descubrimiento en 1970, pero no fue hasta 2002 que la ciencia lo identificó.
Diversas pistas mostraron la realización de labores para rescatar la tripulación, formada por un centenar de personas procedentes de Alemania.
A pesar de los años de actividad en el sitio, los expertos consideraron que los restos aún poseen un gran potencial, sobre todo por lo que hace referencia a construcción naval, guerra y estructura social medievales.
Hace unos meses, los autores de las universidades de Estocolmo y Södertörn determinaron que un cofre hallado la pasada primavera entre los restos de la embarcación contenía herramientas para fabricar perdigones de plomo.
Para los expertos, esta "es una pieza importante del rompecabezas de la revolución militar marítima implementada en la segunda mitad del siglo XVII, y muestra el cambio del combate cuerpo a cuerpo al fuego pesado”.
El Gribshunden quedó sumergido mientras regresaba de la ciudad sueca de Kalmar, el lugar elegido para firmar un acuerdo en 1397 que agrupaba a Dinamarca, Noruega y Suecia bajo un solo monarca, la reina Margarita I.
Sus tripulantes trataban de persuadir en tierra hacia 1495 para formar parte de la unión tras una época de suspensiones de acuerdo.