Renace el minarete Al Hadba en emblemática mezquita de Irak
El minarete Al Hadba, también conocido como “la jorobada” por su inclinación, sobresale nuevamente en la mezquita Al Nuri de Mosul, Irak.
El emblemático minarete Al Hadba engalanó nuevamente la mezquita Al Nuri, ubicada en la ciudad de Mosul, Irak, y recordó que siempre, después de la tormenta, sale el sol.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) lideró estos proyectos de restauración hacía cinco años, y pretendió devolver su esplendor al patrimonio, muy afectado por los combates contra los grupos terroristas, que esparcieron el terror en la urbe desde 2014.
Bajo el apodo de “la jorobada”, por su inclinación de 160 centímetros, la estructura resultó “una copia exacta de lo que antes era, construida con los mismos ladrillos”, aseguró el miembro del Departamento de Antigüedades iraquí, Abdalá Mahmud.
El especialista explicó que, tras el hundimiento progresivo observado desde su construcción en el siglo XII, los expertos reforzaron los cimientos.
Dos días antes de finalizar la obra, cientos de obreros trabajaban todavía alrededor de la mezquita, para perfeccionar las columnas, la cúpula y los detalles del patio.
Los arquitectos restauraron con sus piedras originales el mihrab, nicho que indicaba a los fieles la dirección de La Meca; pero el minbar, desde donde el imam pronunciaba su sermón, perdió la mayoría de sus componentes antiguos.
Aunque la ciudad sintió todavía el peso de la guerra, el optimismo creció entre sus habitantes.
“Un día abrimos la ventana y vimos una bandera negra sobre Al Hadb. Entonces el minarete deslumbró nuevamente junto a la mezquita y las iglesias, y nos sentimos más seguros”, confesó Sad Mohamed, de 65 años.
El antiguo muecín de Al Nuri, Imad Zaki, compartió el criterio de Mohamed. “Allí creció la espiritualidad. Fue como si nuestras almas finalmente encontraran la paz”, aseguró.
Según las autoridades iraquíes, la mezquita y el minarete fueron dinamitados en junio de 2017, antes de la retirada de los extremistas de Mosul, que dejaron un 80 por ciento de la ciudad vieja destruido.
Desde sus inicios, el proyecto de la Unesco retiró más de 12 mil toneladas de escombros de los centros intervenidos para la restauración, que incluyeron las iglesias de Al Tahira y Nuestra Señora de la Hora, así como 124 casas históricas.