Seis tradiciones de la Semana Santa en América Latina
Las procesiones de la Semana Santa en América Latina combinan las creencias autóctonas con los cánones de la Iglesia Católica, como resultado del sincretismo religioso característico de la región.
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Celebración de Semana Santa en Poparayán, Colombia. Foto: Shutterstock.
Procesiones multitudinarias, coloridos altares y representaciones del Viacrucis transforman las calles latinoamericanas en escenarios de devoción durante la Semana Santa.
El origen de la festividad en el continente está estrechamente vinculado con la colonización española y portuguesa, y la posterior evangelización de los pueblos nativos y esclavos africanos.
La celebración es resultado de una fusión cultural compleja, que incorporó imágenes de santos locales, instrumentos musicales autóctonos, diversas tradiciones culinarias y elementos del vestuario indígena.
Miles de personas forman parte de las representaciones teatrales cada año y rinden tributo a imágenes de Cristo, la Virgen María y los apóstoles.
Diferentes países y modos de expresión
En México, uno de los eventos más famosos de esta jornada ocurre en Iztapalapa, un barrio de la capital donde la Pasión de Cristo atrae a millones de espectadores desde el siglo XIX.
Un hombre vestido como Jesús carga una pesada cruz a lo largo de tres kilómetros, hasta la cima del Cerro de la Estrella, el antiguo centro ceremonial azteca, donde tiene lugar la crucifixión.
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Pasión de Cristo, Iztapalapa, México.
Lejos de estas prácticas, Antigua, en Guatemala, es famosa por sus intrincadas alfombras, y tapices hechos de serrín de colores y flores, para adornar las calles en las procesiones.
Estas obras de arte efímeras están diseñadas para ser pisoteadas por los fieles y simbolizar la naturaleza transitoria de la vida.
Con un poco más de historia, las celebraciones de Popayán, Colombia, están reconocidas por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad.
Desde el siglo XVI las imágenes religiosas recorren las calles de la localidad sobre andas de madera, acompañadas por música y oraciones.
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Semana Santa de Popayán, Colombia.
El derecho a un barrote y a formar parte de la procesión como carguero generalmente es heredado de padres a hijos y considerado todo un privilegio.
Por otra parte, en Ayacucho, Perú, los 10 días de la celebración terminan con el consumo de platos tradicionales como el chiriuchu, una mezcla de carnes, maíz y especias que dan fe del sincretismo cultural.
Si de arte culinario se trata, en Ecuador destaca la preparación en familia de la fanesca, una sopa hecha con bacalao salado y 12 granos diferentes, como recordatorio de los apóstoles.
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Fanesca, Ecuador.
Judas, otro personaje bíblico, es el arquetipo de la traición en Venezuela, donde los religiosos queman un muñeco fabricado con telas viejas y relleno con fuegos artificiales que explotan tras su ahorcamiento.
Estas fechas son un espacio de encuentro comunitario para mantener viva una tradición que pasa a las nuevas generaciones como muestra de la fe que caracteriza a los pueblos latinoamericanos.
Junto a la Navidad, la Semana Santa es la fiesta católica más importante del año, donde los fieles conmemoran la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
El jolgorio comienza con el Domingo de Ramos y termina con el de Pascua o Resurrección.