Cempasúchil revela secretos del Día de los Muertos en México
La producción de Cempasúchil en México es una actividad agrícola de gran relevancia cultural y económica, concentrada en los meses previos al Día de los Muertos.
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Cempasúchil revela secretos del Día de los Muertos en México
La flor de cempasúchil, con su resplandor naranja y aroma penetrante, se erige como la guía de las almas durante el Día de los Muertos.
Esta especie endémica de México no es solo un adorno; es un puente sensorial que conecta el mundo de los vivos con el de los difuntos, un elemento esencial en los altares y ofrendas.
Contexto cultural del Cempasúchil
Su presencia en los rituales funerarios tiene sus orígenes en épocas prehispánicas, vinculada entonces con deidades solares y la celebración de la vida y la muerte.
Registros describen su uso medicinal y ceremonial por parte de los mexicas, quienes la asociaban a Tlaltecuhtli, la deidad de la tierra.
Su domesticación permitió desarrollar más de 30 variedades que hoy forman parte del patrimonio cultural del país.
Con la llegada de los españoles, la flor pasó a formar parte de las celebraciones católicas de Todos los Santos y los Fieles Difuntos, un claro ejemplo de sincretismo religioso que dio forma al actual Día de los Muertos.
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— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) October 19, 2025
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El Cempasúchil en altares y senderos
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Cempasúchil revela secretos del Día de los Muertos en México
Su aplicación práctica es variada y meticulosa. Se crean caminos de pétalos desde la entrada de la casa hasta el altar para marcar la ruta.
Las flores completas se ensartan en arcos que simbolizan la puerta entre los dos mundos o se disponen en floreros en los distintos niveles de la ofrenda.
En algunas comunidades de Michoacán, por ejemplo, se acostumbra cubrir por completo las tumbas.
Producción y retos actuales del Cempasúchil
La producción de Cempasúchil en México es una actividad agrícola de gran relevancia cultural y económica, concentrada en los meses previos al Día de los Muertos.
Como estimado, el país anualmente cultiva más de dos mil hectáreas, principalmente en estados como Puebla, que lidera la producción nacional, seguido por el estado de Morelos, Oaxaca y la Ciudad de México.
El cambio climático amenaza los ciclos de siembra y cosecha, pone en riesgo tanto el abasto como la economía de miles de familias que dependen de esta flor.
Además, la conservación de las semillas nativas frente a las variedades genéticamente modificadas, importadas de otros países, es una lucha constante para mantener la pureza de la especie.
Al Mayadeen Español