La Mona Lisa de Siria: ¿Una reina o diosa?
Cada detalle de la representación, desde la parte superior de su cabeza hasta su vestido, evoca los de una reina.
¿Cuál es el misterio de esta escultura? Catalogada por los críticos como majestuosa y emblemática. ¿Cuál es su misterio? Destruida, reparada, reconstruida. ¿Cuál? Y sobre todo, ¿por qué le llaman La Mona Lisa de Siria?
Sentada elegantemente sobre una silla o tal vez un trono, cada detalle de la representación, desde la parte superior de su cabeza hasta su vestido, evoca los de una reina.
También lo es su manera de posar: en un lugar alto, con los pies descalzos y sin tocar el suelo, una auténtica posición reservada para la monarquía.
Descubierta por el diplomático alemán Max von Oppenheim en 1911, esta obra era su favorita entre varios centenares halladas en el cementerio de Tell Halaf.
El sitio en particular estaba en el noreste de Siria, cerca de la frontera turca, en el territorio denominado “Jozan” en tiempos del primer milenio antes de Cristo.
Quienes la extrajeron del polvo la bautizaron como La novia de Oppenheim, Um el Jadayel o La Mona Lisa de Siria, a juzgar por su mirada inspiradora.
Convertida en cenizas
Hace décadas, los funcionarios europeos transportaron este tesoro al museo de Berlín junto otras estatuas, de hasta tres mil años de antigüedad, descubiertas en el palacio del rey arameo Kabara.
Todo ese magnífico patrimonio quedó reducido a escombros por el bombardeo de la capital alemana durante la Segunda Guerra Mundial.
Muchos años más tarde, un trabajo arduo de sus especialistas logró ensamblar y pegar sus partes, y así nuestra “Mona Lisa” regresó a la vida.
De un museo al otro, ya viajó por el mundo entero. Su última exhibicón fue en el Museo del Louvre como parte la exposición Los reinos olvidados desde la era hitita hasta el fin de los arameos, con antigüedades descubiertas en Anatolia.
Numerosos son los investigadores damasquinos que acudieron y expresaron su orgullo acompañado de una gran nostalgia.
Hoy, ver miles de piezas únicas allí, mirarlas como joyas extrajeras, colocó su espíritu en una total desventaja…he ahí reliquias que, además de su valor material, tienen una importancia histórica, científica y artística distintiva. De La Mona Lisa de Siria a otras, todas laten el corazón de Siria.