El agujero de la Capa de Ozono unió al mundo contra un mal común
A 36 años del Protocolo de Montreal, ¿qué logró el esfuerzo internacional y qué retos aún quedan?
El mundo celebra este 16 de septiembre el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, para festejar la firma en 1987 del Protocolo de Montreal.
De no ser por ese acuerdo, los casos de cáncer de piel y cataratas serían mucho más comunes y nocivos en todo el planeta.
Pero, gracias a la cooperación internacional, el protocolo rubricado para reparar el ozono fue el más exitoso de todos los tiempos.
A mediados de la década de 1970, los científicos descubrieron que los clorofluorocarbonos, utilizados en la industria de la refrigeración y los aerosoles, destruían las moléculas de ozono en la estratosfera.
Ese gas compuesto por tres átomos de oxígeno funciona como un escudo protector al captar la radiación ultravioleta más peligrosa procedente del Sol.
Años después, investigadores británicos verificaron en una de sus bases de observación en la Antártida que los valores del elemento eran inferiores a los marcados normalmente durante el invierno austral.
Dicho hallazgo marcó la aparición del término Agujero de Ozono y condujo a la firma, en marzo de 1985, del Convenio de Viena y del Protocolo de Montreal, el 16 de septiembre de 1987.
Ese esfuerzo internacional permitió la eliminación o reducción del uso de dichas sustancias nocivas para proteger la salud humana y los ecosistemas.
Hoy, sin embargo, algunos planes de lucha contra el cambio climático pasan por lanzar sulfuro a la estratosfera y ponen de nuevo ese escudo en peligro.
Frente a este nuevo reto, la recién terminada cumbre de los países del G77 y China hizo un llamamiento a sentar una posición común.
En ese sentido, el mandatario brasileño Luiz Inacio Lula da Silva remarcó que la emergencia impone nuevos imperativos, pero a la vez ofrece oportunidades.
"Vamos a promover la industrialización sostenible, invirtiendo en energías renovables, en la socio-bio-economía y en la agricultura baja en carbono", afirmó.
Para Lula es deber de las naciones más poderosas cumplir sus compromisos entre la Cumbre sobre el Cambio Climático de la ONU (COP) programada para Dubái y la COP-30 en Belém.
Ya la adopción del Protocolo de Montreal demostró que la colaboración es una vía para conseguir avances reales en materia medioambiental.